El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, han participado este lunes en su primera carrera de huevos de Pascua desde que llegaron a la Casa Blanca, una tradición de más de un siglo que en esta ocasión ha llegado precedida de polémica por la reciente escapada del matrimonio a Mar-a-Lago (Florida).

Trump y su mujer se han asomado al balcón de la Casa Blanca junto a su hijo, Barron, y a un conejo que hacía las veces de mascota de este festival anual. El evento, según los medios planificado con retraso, ha reunido este año a unas 21.000 personas, por debajo de los 35.000 asistentes de los últimos años.

El presidente ha dado las gracias a su mujer por haber trabajado "durante tanto tiempo" para organizar la fiesta, "para hacerla perfecta". Habituales de la crónica política como el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, también han participado leyendo cuentos a los niños.

Melania Trump, protagonista de la carrera de huevos de Pascua.

Al margen de actos festivos como la tradicional carrera de huevos, Trump también ha aprovechado para lanzar algún mensaje político. "Seremos más fuertes, más grandes y mejores como nación que nunca antes y ya vamos por buen camino", ha destacado el mandatario.