Marcel H., el joven detenido ayer en Alemania por la muerte de un vecino de 9 años, de cuyo cadáver difundió fotografías, ha reconocido haber matado también a un conocido de 22 años, informó hoy la fiscalía de Bochum.

Según los resultados de las autopsias, la primera víctima recibió 52 puñaladas y la segunda, 68. En rueda de prensa, representantes de la policía y de la fiscalía explicaron los detalles de un caso que conmocionó al país, protagonizado por un joven de 19 años que estuvo huido durante tres días y que actuó "a sangre fría" y por "el deseo de matar", de acuerdo con los investigadores.

Danyal Mailbaum, fiscal de Bochum (oeste de Alemania), confirmó que el segundo fallecido es un conocido del presunto asesino, con el que compartía la afición a los videojuegos y que lo había acogido en su casa tras el primero de los crímenes.

El relato de los hechos que ofreció el responsable de Homicidios de Bochum, Klaus-Peter Lipphaus, apunta a que Marcel H. mató el lunes por la noche en la localidad de Herne a cuchilladas a su vecino, el niño de 9 años, en el trastero de la casa común.

El joven, sin antecedentes penales, fotografió con su teléfono móvil (celular) a la víctima y, según la policía, envió alguna de esas imágenes por el servicio de mensajería WhatsApp.

Lipphaus destacó, no obstante, que varias de las fotografías del presunto asesino aparecidas en las redes sociales en los últimos días son falsas y han dificultado enormemente la investigación.

Para cuando se descubrió este primer cadáver -y la ausencia del niño del domicilio familiar- el joven ya se encontraba en una zona boscosa cercana, donde permaneció un tiempo escondido, mientras los cuerpos policiales iniciaban una operación de búsqueda en el oeste del país.

A continuación, se trasladó a casa de un conocido que vivía sólo y le pidió quedarse tres o cuatro días durmiendo en el sofá, según Lipphaus.

Al día siguiente, esta persona descubrió en la red social Facebook que se buscaba a Marcel H. por el asesinato del niño y le amenazó con denunciarle a la policía.

Fue entonces cuando el joven lo acuchilló y lo mató, después de lo cual permaneció más de un día en su domicilio, junto al cadáver.

El jueves, Marcel H. trató de suicidarse al menos con dos métodos distintos y, a última hora de la tarde local, salió a la calle a entregarse, tras prender fuego a la vivienda para borrar las huellas de su crimen. Entró en un local de comida rápida y dijo simplemente: "Soy el que buscan, por favor, llamen a la policía".

Cuando llegaron las fuerzas de seguridad, que llevaban desde el martes desplegadas en Herne y alrededores con un fuerte dispositivo policial, se entregó sin oponer resistencia.

La policía y la fiscalía lo describieron como un joven sin emociones y totalmente frío ante los agentes, a los que prácticamente "dictó" los detalles sobre sus acciones y movimientos en una confesión que duró horas.