Un león hambriento y un oso encerrado en una pequeña jaula llena de desperdicios son los dos únicos animales que quedan vivos en el zoo de Mosul. La guerra abierta por el control de la ciudad entre las fuerzas iraquíes y Estado Islámico dejó a los animales que vivían en este zoo abandonados a su suerte. Las fotógrafos de Reuters han documentado ahora su lamentable estado en una serie fotográfica.

Cuando la guerra llegó a este lugar, en el este de la ciudad, Nour Park pasó de ser el hogar de monos, caballos y otros animales en un campamento para los combatientes de Estado Islámico.

Los vecinos alimentaban a los animales hasta que la lucha se recrudeció tanto que ya no podían abandonar sus casas o tenían que dedicar toda su comida a alimentar a su familia, según relata el dueño del zoo.

Algunos animales fueron asesinados y otros murieron de hambre o se escaparon. En algún momento una jaula se rompió y los monos que vivían en el zoo se escaparon y dispersaron por todo el vecindario.

Tras la reconquista de esa parte de la ciudad por parte de fuerzas iraquíes, voluntarios de una organización de protección animales de las fuerzas kurdas han sido los primeros en alimentar a los animales.