El nuevo presidente de EEUU., Donald Trump, ofreció hoy su total apoyo a los servicios de inteligencia del país, cuyas conclusiones sobre los ciberataques rusos para interferir en las elecciones del pasado noviembre cuestionó antes de asumir el cargo.

Trump visitó las instalaciones de la CIA en Langley (Virginia) en su primer día completo como presidente de EEUU con un mensaje claro para la comunidad de inteligencia: "De verdad les apoyo", les dijo.

"No hay nadie que tenga una mejor consideración de la comunidad de inteligencia que Donald Trump", subrayó el mandatario entre aplausos.

"Les quiero. Les respeto", comentó también Trump, quien enfatizó, por otro lado, que es necesario "deshacerse" del Estado Islámico (EI) y que el "terrorismo radical islámico" debe ser "erradicado".

Poco antes, su vicepresidente, Mike Pence, aseguró no haber conocido a nadie "más entregado" a garantizar la seguridad del país que Trump y agregó que el nuevo Gobierno que asumió este viernes "reconoce y aprecia los sacrificios" de la comunidad de inteligencia. Trump "va a hacer que EEUU vuelva a ser seguro", prometió Pence.

La relación de Trump con los servicios de espionaje del país ha sido bastante tensa en las últimas semanas, a raíz de las reticencias del mandatario a dar por buena la conclusión, compartida por agencias como la CIA y el FBI, de que Rusia orquestó una estrategia de ciberataques para ayudarle a ganar las elecciones presidenciales.

Rusia ha negado su implicación en esos ciberataques y Trump se mostró escéptico al respecto hasta el pasado 11 de enero, cuando reconoció por primera vez que Moscú estuvo detrás de ellos.

Trump ha prometido que en 90 días desde su investidura su equipo presentará un "informe completo" sobre ciberataques y filtraciones, lo que le permitirá ofrecer su versión de un escándalo que comenzó con la infiltración en las comunicaciones del Partido Demócrata, orquestada según EE.UU. por Rusia, con la intención de influir en el resultado de las elecciones de noviembre.

Además, el nuevo presidente norteamericano ha aprovechado para cargar contra los medios de comunicación, a los que ha acusado de mentir sobre las cifras de asistencia a su investidura. Por ello, se ha declarado en "guerra" con los periodistas, de quienes dijo que están "entre los seres humanos más deshonestos de la tierra".

En su opinión, la multitud asistente a los actos de su investidura este viernes "parecía" englobar a entre un millón y 1,5 millones de personas. "Amo la honestidad, me gusta la cobertura (de prensa) honesta", declaró Trump.

A falta de datos oficiales, las fotografías aéreas dejan claro que las cifras de asistencia a la investidura de Trump han quedado lejos de los históricos 1,8 millones que asistieron a la primera toma de posesión del ya expresidente Barack Obama en 2009.

Las autoridades de Washington habían estimado en los días previos que unas 800.000 personas asistirían a la toma de posesión de Trump, tanto para celebrar su llegada a la Casa Blanca como para manifestarse en su contra.

El mandatario no hizo ninguna referencia a la multitudinaria marcha celebrada en Washington, donde cientos de miles de personas protestan en defensa de los derechos que ven amenazados por su llegada a la Casa Blanca.