Joven, espontáneo, provocador y de corte reformista, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, anunció hoy su dimisión al fracasar en su intento de reformar el Senado, una de sus medidas estrellas ante la que ha terminado sucumbiendo.

Renzi, casado y con tres hijos, nació en Florencia el 11 de enero de 1975 y, tras completar sus estudios en la Escuela Secundaria Dante de la capital toscana, se licenció en Derecho en 1999.

Hasta febrero de 2014 su experiencia política, comenzada desde su juventud de "boy-scout", se limitaba al ámbito local, como el joven, locuaz y carismático alcalde de Florencia (centro).

Sin embargo, en esa fecha consumó su ascenso al poder: pocos meses antes se había impuesto en las primarias del Partido Demócrata (centroizquierda) y, tras lograrlo, se convirtió en primer ministro tras desbancar en el cargo a su correligionario Enrico Letta.

Renzi se presentó ante todos como un auténtico reformista y pronto desarrolló un programa de reformas que debían modernizar Italia en el plazo de mil días, un umbral que acaba de cruzar.

Una de sus reformas capitales era la del Senado, que debía excluir a la Cámara Alta del proceso legislativo para agilizar el sistema y garantizar la gobernabilidad de un país, Italia, acostumbrado a los vaivenes políticos.

No obstante, Renzi ha acabado sobrepasado por su propia reforma ya que esta ha recabado un importante rechazo por parte de la ciudadanía, que la ha tumbado en un referéndum celebrado el domingo.

Inmediatamente después de conocerse los primeros datos, Renzi compareció ante los medios para subrayar que él no es como el resto de políticos, que mantiene la palabra y, por eso, anunció su dimisión tal y como había amenazado de no sacar adelante su reforma.

Cuando esto se produzca se pondrá fin a un Gobierno particular, conformado por fuerzas de centroizquierda y centroderecha pero liderado como mano firme por Renzi, que ha tenido también que capear con numerosas voces críticas dentro de su propia formación política.

Renzi no ganó ningunas elecciones, sino que heredó el complicado parlamento surgido de las generales de 2013 y, por esa razón, ha tenido graves problemas para sacar adelante sus leyes.

Tan es así que frente a él casi siempre se ha topado con la oposición de fuerzas tan heterogéneas como la "berlusconiana" Fuerza Italia, el populista Movimiento Cinco Estrellas y una aguerrida minoría crítica de su formación.Los hitos de su Gobierno

Uno de sus principales triunfos políticos ha sido la aprobación del "Italicum", para cuya elaboración llegó a protagonizar lo que se conoció como "Pacto del Nazareno", una negociación con el magnate y ex primer ministro Silvio Berlusconi.

Otro importante hito del Gobierno de Renzi fue la aprobación de su Reforma Laboral, muy criticada por los sindicatos, y la legalización de las uniones civiles homosexuales, aunque sin reconocer el derecho a adoptar por parte de estas parejas.

Uno de los ámbitos que ha destacado el primer ministro es en el de las redes sociales, hasta el punto de que se podría decir incluso que ha inaugurado una nueva forma de hacer política en Italia.

Renzi está presente en las principales redes sociales, que usa para llegar al público como es el caso de las retransmisiones en directo en Facebook, conocidas como "Matteo Responde".

Por otro lado, las tecnologías también han estado muy presentes en sus comparecencias públicas y, por ejemplo, a la hora de ilustrar las cuentas del Estado siempre ha recurrido a pedagógicas proyecciones.

Sus intenciones de modernizar el país en este sentido quedaron también plasmadas en el fichaje del por entonces vicepresidente de Amazon, Diego Piacentini, como comisario del Gobierno de "Digital e Innovación".

Renzi es también un experto orador: sus discursos, largos casi siempre, han estado marcados por la espontaneidad, improvisados, repletos de chascarrillos e incluso bravuconadas.

En el plano internacional, se recordarán los continuos tira y afloja de Renzi con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, y su amistad con el presidente estadounidense, Barack Obama, que le dedicó la última cena de gala en la Casa Blanca.