La victoria del exgeneral Rumen Radev en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas hoy en Bulgaria, según anuncian todos los sondeos a pie de urna, ha hecho caer el gobierno de centroderecha del partido Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB).

Apenas dos horas después del cierre de los colegios electorales, el primer ministro búlgaro, Boyko Borisov, apareció en televisión para anunciar la dimisión del Ejecutivo, tal y como había advertido que haría si no ganaba Tsetska Tsacheva, la candidata del GERB.

Con una participación cercana al 48 por ciento, Tsacheva, que quedó segunda en la primera vuelta, celebrada el domingo pasado, alcanzó un 36 por ciento, según los sondeos de varios institutos demoscópicos, muy lejos de Radev, que obtuvo el 58 por ciento.

"Mañana o pasado mañana presentaremos la dimisión de este gobierno en el Parlamento", dijo Borisov hoy, al comparecer en televisión.

Horas antes, al introducir su voto en la urna, había reiterado que no estaría dispuesto a trabajar con un presidente que no fuera Tsacheva.

"Hasta ahora nos daban el derecho de gobernar. Si no quieren más, pues devolvemos el poder. Así es democrático y moral, y por esto estoy preparado a dimitir", dijo Borisov, que ocupa el cargo desde 2009, con una interrupción de año y medio.

Un tiempo de incertidumbre se abre ahora en Bulgaria, dado que se deberán convocar elecciones legislativas anticipadas, y tampoco está muy claro el rumbo que Radev quiere imprimir al país.

"El día de hoy es una victoria para el pueblo búlgaro. La democracia venció la apatía y el miedo", declaró Radev tras conocerse los primeros resultados.

Afamado piloto y excomandante en jefe de las Fuerzas Aéreas búlgaras, Rumen Radev, de 58 años de edad, carece de experiencia política, algo de lo que ha hecho gala durante la campaña.

Se le achacan simpatías prorrusas, porque ha abogado por el levantamiento "cuanto antes" de las sanciones de la Unión Europea contra Rusia, impuestas por la anexión de Crimea.

"La realidad muestra que sobre la península se está agitando la bandera rusa y debemos aceptar esta realidad", ha dicho Radev, quien recordó también que las sanciones dañan la economía búlgara, muy dependiente de Rusia.

"Bulgaria debe ser un leal miembro de la UE y de la OTAN, pero esto no significa que no deba ser crítica con estas uniones. La pertenencia del país a estas organizaciones no significa que deba considerar a Rusia como enemigo", ha señalado.

La dimisión del Ejecutivo amenaza con sumir al país con la renta más baja de la UE -el salario medio es de unos 380 euros- en un nuevo periodo de incertidumbre política.

El presidente saliente de Bulgaria, Rosen Plevneliev, debe ahora pedir al mayor partido del parlamento, el GERB, formar Gobierno, pero Borisov ya ha anunciado que lo rechazará y ha sugerido que lo intente el Partido Socialista Búlgaro, segundo en número de escaños, pero la presidenta de esta formación, Kornelia Ninova, ha declarado poco después que tampoco está dispuesta a probar suerte.

"Con 38 diputados (en un Parlamento de 240 escaños) no vamos a formar parte de ningún Gobierno. Lucharemos para ser la primera fuerza política en unas elecciones anticipadas y entonces formar un Gobierno", anunció Ninova.

Todo indica, así, que el propio Plevneliev debe encabezar un Ejecutivo interino hasta finales de enero, cuando pasará el mandato a Radev, cuyo primer acto oficial será entonces disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.

Pero al menos en un lugar había hoy una fiesta masiva: en el pueblo Slavyanovo, a unos 250 kilómetros al sureste de Sofía, donde viven los padres de Radev y donde él mismo pasó su niñez.

"Mi hijo siempre ha sido una persona sincera y digna y tiene la capacidad de unificar al pueblo, tal como lo exige la Constitución. La tiene porque es muy estable psicológicamente, ya que tantas veces arriesgó su vida vigilando los cielos de este país", dijo el padre del nuevo presidente, Georgui Radev, en la emisora BNT.

Su madre, Stanka, le pidió seguir siendo como siempre: una persona disciplinada que sirve con dignidad a su patria.

El propio Radev destacó en su primera rueda de prensa su "campaña ética y digna" y subrayó que carecía de "dependencias políticas y partidarias"

"Hoy empiezo la misión más importante en mi vida: una Bulgaria prospera, segura y en paz. Debemos sobrepasar las divisiones y las diferencias entre la población", prometió.

Rumen Radev será durante cinco años presidente de Bulgaria, el quinto después de la caída del comunismo en 1989 y el segundo tras la entrada del país en la UE en 2007.