Los yihadistas del Estado Islámico (EI) han vuelto a ceder terreno ante las fuerzas iraquíes y kurdas alrededor de Mosul, tras una nueva acometida contra sus posiciones en los tres frentes abiertos en torno a esta ciudad septentrional iraquí.

"Todo avanza según el plan trazado y la agenda, incluso más deprisa", aseguró hoy a un grupo de periodistas el jefe de las operaciones conjuntas iraquíes, el comandante Taleb Shaghati, en el cuartel del frente de Jazer, situado a una treintena de kilómetros al este de Mosul.

En este sentido, el ministro de Exteriores iraquí, Ibrahim al Yafari, aseguró hoy desde París que la liberación de la ciudad de Mosul va "más rápido que lo previsto", aunque hasta el momento ningún responsable ha querido poner fecha a su reconquista.

Shaghati celebró la irrupción de las fuerzas de lucha antiterroristas del Ejército Iraquí en la población de Bartala, situada a nueve kilómetros al este Mosul y considerada una posición estratégica para la liberación de la urbe, principal plaza fuerte de los yihadistas en Irak.

Según el responsable iraquí las fuerzas de seguridad lograron detonar diez coches bomba y matar a 15 yihadistas en la población, que los pasados días fue blanco de bombardeos aéreos de la coalición internacional liderada por EE.UU. y durante toda la mañana de hoy de la artillería pesada iraquí.

Además, desde la cima del cercano monte Ain Shafra, tropas estadounidenses han colaborado con las fuerzas iraquíes con aviones de vigilancia no tripulados para seguir los movimientos y definir las posiciones de los combatientes extremistas.

Las fuerzas kurdas lograron también varios avances hoy en los frentes norte y este de Mosul, tal y como explicó a Efe el comandante de la Primera Brigada Blindada de las tropas "peshmergas", Mohamed Zaki.

Zaki indicó que la ofensiva emprendida a primera hora del día comprendía la zona de Bashiqa y la de Al Nauran, liberada hoy por sus soldados, así como el área de Tel Saqfa y la presa de Mosul, estas dos últimas situadas al norte de la ciudad.

Asimismo, subrayó que en el nuevo ataque contra los extremistas participan 1.000 combatientes "peshmergas" apoyados por los aviones de la coalición internacional antiyihadista, una de las claves para el avance terrestre.

En el eje sur de la batalla, unidades del Ejército iraquí lograron arrebatar al EI la ciudad de Hamiya Sharqui al Sert, en la comarca de Al Qayara, a unos 50 kilómetros al sur de Mosul, según el alcalde de esta zona, Saleh al Yaburi.

En operaciones militares en Al Qayara, al menos 32 terroristas fallecieron y las fuerzas iraquíes lograron destruir un almacén de armas empleados por los radicales, informó un portavoz castrense de las fuerzas conjuntas, Yehia Rasul.

Otros 60 yihadistas fueron abatidos durante el avance de las tropas en varias localidades en la zona de Al Kuir, 45 kilómetros al este de Mosul.

Esta nueva acometida coincide con la cuarta jornada de operaciones para la liberación de Mosul y tiene lugar después de dos días de relativa calma, en los que las fuerzas kurdas y las tropas iraquíes han estado reorganizándose y enviado refuerzos al frente.

Los avances en las distintas ofensivas contra el EI lanzadas en Irak se han caracterizado por su progresión intermitente debido a la dificultad de progresar con la que se encuentran en muchas ocasiones las fuerzas de seguridad debido a los explosivos colocados por los extremistas.

"Su principal arma son las minas, los coches bomba y los (artefactos) explosivos improvisados, pero las fuerzas iraquíes tienen la capacidad y la experiencia de acabar con las bombas", dijo a Efe el comandante Taleb Shaghati.

La ofensiva contra Mosul, capital de la provincia de Nínive, tiene como objetivo expulsar al EI de su principal bastión en Irak, que los yihadistas controlan desde junio de 2014.

Por primera vez, los habitantes de las poblaciones recuperadas en los primeros compases de la campaña militar han regresado a sus hogares para recuperar las pertenencias que abandonaron en su huida precipitada de los radicales.

Decenas de pequeños vehículos de carga, rebosantes de muebles, colchones y otros objetos, se podían ver hoy haciendo el recorrido entre el frente de Jazer y Erbil.

Uno de esos civiles, que hoy se decidió a volver por unas horas a su hogar es Mahdi, un hombre de mediana edad que cargó en una furgoneta los enseres que quedaban en su casa en la población de Shaquli, al noreste de Mosul y habitada antes de la invasión por la minoría étnica shabak, perseguida por el EI.