Las cinco primeras horas de votación del referendo en Hungría sobre las cuotas de refugiados han estado marcadas por la ausencia de incidentes y la baja participación, que alcanzó el 16,37 por ciento a las 9.00 GMT, según la Oficina Electoral.

Unos 8,3 millones de ciudadanos están convocados para responder "sí" o "no" a la pregunta "¿Quiere que la UE disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría) sobre el asentamiento obligatorio de ciudadanos no húngaros en Hungría?".

Si el "no" gana el Gobierno se considerará liberado de aplicar el sistema de reparto de refugiados pactado por la Unión Europea (UE), mientras que la Comisión Europea no ve que el resultado pueda cambiar los compromisos legales adoptados por Hungría.

Todas las encuestas prevén que el "no" gane con amplitud, pero según las leyes húngaras el plebiscito requiere del voto válido de más del 50 por ciento del censo para que sea legal.

En vista de la alta abstención, el primer ministro, Viktor Orbán, declaró hoy después de votar que no importa si el referéndum es válido, sino que el "no" gane con amplitud. "Siempre es mejor un referéndum válido que uno inválido, pero las consecuencias legales se aplicarán", afirmó.

La oposición de izquierda y las ONG han llamado a boicotear la consulta o a votar de forma nula para evitar que el referendo alcance el quórum necesario.

Hasta ahora Hungría no ha reubicado a ningún refugiado de su cuota, ha impugnado la decisión de la UE ante el Tribunal de Luxemburgo y ha empleado una dura retórica contra los refugiados, a los que califica de "inmigrantes económicos" y los vincula con el aumento de la criminalidad y el terrorismo.

El referéndum y la campaña del Gobierno han recibido críticas desde el interior y el exterior del país al considerar que criminaliza a los refugiados.