El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, reclamaron este viernes que la Unión Europea (UE) reciba "un nuevo impulso" tras la salida del Reino Unido y el aumento de los populismos que cuestionan su existencia.

Tras reunirse en Evian (este de Francia), los máximos responsables de ambos países coincidieron en que la próxima cumbre comunitaria que se celebrará el próximo 16 de septiembre en Bratislava deberá tener un "orden del día ambicioso", que permita sentar las bases de una nueva Europa.

"Esta reunión llega en un momento crucial para la UE. Con el 'brexit' y con el aumento de los populismos y las amenazas a la idea misma de Europa, un nuevo impulso es necesario para la Unión. Francia y Alemania quieren su lugar para asumir su responsabilidad", señaló Hollande en una declaración conjunta a los medios.

Para el mandatario existen, a juicio de Francia y Alemania, dos grandes prioridades en la actualidad, la seguridad y la prosperidad, sobre las que deberá girar cualquier debate.

Por ello, insistió en que la UE debe asegurar la protección de sus ciudadanos con un control reforzado de sus fronteras interiores y exteriores, sin renunciar al marco de Schengen, al tiempo que desarrolla una política de defensa común.

El pasado martes, Hollande defendió su idea de crear un fondo europeo para la seguridad y la defensa, cuya financiación estaría en función de la riqueza de cada país y que se dedicaría a misiones militares o de protección -por ejemplo frente a la amenaza terrorista- que se consideren de interés europeo.

Además, para que el proyecto comunitario no naufrague, se debe también garantizar la prosperidad de los europeos, ya que si surgen dudas sobre la economía "los ciudadanos dejarán de creer".

También destacó la seguridad la canciller Merkel, "tanto en términos económicos como en la seguridad interior y exterior", para lo que los ministros de Exteriores y de Defensa de ambos países ya se han reunido en los últimos días de cara a avanzar en los preparativos.

"En Bratislava podremos el acento en hacer una orden del día ambicioso, desde el punto de vista económico. Francia y Alemania serán ambiciosos", destacó Merkel, antes de recordar la importancia de luchar frente al proteccionismo y por un mejor funcionamiento del comercio internacional.

Esa fue la única alusión indirecta en su intervención al acuerdo de libre comercio que negocian la UE y Estados Unidos (TTIP), y que ha visto cómo en los últimos días generaba opiniones discordantes entre Francia y Alemania, e incluso dentro del propio Gobierno germano.

El martes, Hollande anunció que pedirá a sus socios europeos que se ponga fin a las negociaciones transatlánticas porque están desequilibradas en favor de EEUU y no hay tiempo para reconducirlas antes de que termine el mandato de Barack Obama a finales de año, una opinión compartida por el vicecanciller alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel.

Sin embargo, Merkel todavía ve posible la firma del acuerdo, por lo que aboga por continuar con las negociaciones.

Ambos líderes se volverán a ver las caras dentro de dos días en la cumbre del G20 en la localidad china de Hangzhou, donde su objetivo común es que se escuche la voz de los europeos en las discusiones sobre el futuro del mundo.

"En China procuraremos que los países más importante puedan dar un impulso al crecimiento y a la regulación, así como a la lucha contra las prácticas desleales y a favorecer los intercambios comerciales", adelantó Hollande.