Andrea Cossu, de 45 años, es una de las personas que fallecieron el pasado miércoles debido a un terremoto que sacudió Italia. El hombre tenía dos pasiones: la caza y su perro.

Durante el funeral celebrado en Pomezia, el perro de la víctima, un cocker, decidió acercarse al ataúd en el que se ubicaba el cuerpo de su dueño y despedirse de él.

Tal y como han confesado los vecinos "eran inseparables".