La Policía de Bangladesh anunció hoy la muerte en una operación de su yihadista más buscado, el canadiense de origen bangladesí Tamim Chaudhry, supuesto cerebro de la masacre contra un restaurante de lujo en Dacca el pasado julio y considerado líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en el país asiático.

Chaudhry, al que el aparato de seguridad bangladesí identifica por su parte como líder de una facción nueva del grupo extremista local Jamaatul Mujhideen Bangladesh (JMB), fue abatido junto a otros dos supuestos yihadistas a primera hora en una vivienda utilizada como escondite en la ciudad aledaña a Dacca de Narayanganj.

"Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona. Se pidió a los terroristas que se rindieran pero abrieron fuego, por lo que comenzó una operación a las 8.45 (hora local, 2.45 GMT) que duró aproximadamente una hora", explicó a Efe el inspector general adjunto de la Policía y portavoz, Shahidur Rahman.

"Los otros dos insurgentes abatidos son cómplices de Chaudhry y miembros de JMB, identificados como Iqbal y Manik", agregó.

Algunos medios de comunicación locales difundieron fotos en las que se aprecia a los tres yihadistas abatidos ensangrentados junto a algunas armas blancas y de fuego.

La comandancia de la Policía había identificado a principios de agosto a Chaudhry como "cerebro" del asalto al local Holey Artisan Bakery-O'Kitchen lanzado el pasado 1 de julio por un comando leal a Estado Islámico y que causó la muerte de 22 personas, entre ellas 17 rehenes extranjeros.

Las fuerzas del orden fijaron entonces una recompensa de dos millones de takas (unos 25.000 dólares) por información que ayudara a dar con su paradero.

De 30 años de edad, Chaudhry regresó a Bangladesh supuestamente en 2013 y antes de aparecer en el radar del aparato de seguridad bangladesí había sido calificado meses atrás en publicaciones afines al EI como líder de esa organización en el país asiático.

El máximo dirigente de la red yihadista

Su nombre también formaba parte de una lista policial de sospechosos desaparecidos tras el ataque contra el restaurante.

"Tamim era el máximo dirigente de la red yihadista que buscábamos. Su muerte es un logro en nuestra lucha contra el extremismo", valoró el portavoz Rahman.

El director del centro de pensamiento bangladesí Instituto de Estudios de Conflicto, Ley y Desarrollo (ICLDS), el general retirado Abdur Rashid, coincidió en subrayar la importancia de la operación y afirmó que las acciones de la Policía "están debilitando" el músculo insurgente.

"En cierta medida, Chaudhry lideró una nueva generación de jóvenes radicalizados en Bangladesh, muchos pertenecientes a clases educadas", opinó Rashid.

Jamaatul Mujahideen Bangladesh es una organización proscrita que adquirió notoriedad a mediados de la década pasada con varios atentados con bomba y que luego pasó a un segundo plano tras ser confrontada policialmente, hasta su reciente reaparición.

Las autoridades acusan a JMB de orquestar la mayor parte de los cerca de 40 atentados de corte islamista que han sacudido desde 2013 y con especial intensidad desde el año pasado a Bangladesh, un país de 160 millones de habitantes y mayoría musulmana.

Estos ataques, por lo general acciones selectivas a machetazos, han causado en los últimos tres años alrededor de 70 víctimas mortales, entre las que figuran intelectuales, representantes de minorías religiosas, activistas o extranjeros.

Las acciones que Gobierno y Policía atribuyen a JMB son generalmente reivindicadas a su vez por Estado Islámico, mientras que las adjudicadas al también grupo extremista local Ansarullah Bangla Team (ABT), como los asesinatos de los conocidos como "blogueros ateos", son reclamadas por la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio.

El asalto a Holey, ubicado en el corazón diplomático de Dacca, marcó un antes y un después en el plano de la seguridad en Bangladesh, que ha llevado a la capital a blindarse y ha desatado una cierta psicosis en varios segmentos de la población.

Antes de ese asalto, la Policía había lanzado en junio una macro-operación contra grupos yihadistas que se saldó en una semana con más de 11.000 arrestos, una iniciativa calificada a Efe a posteriori de "infructuosa" por un alto mando policial bajo condición de anonimato.

Muchos observadores consideran, en cambio, que las fuerzas de seguridad bangladesíes están siendo más selectivas tras el ataque a Holey, con partes casi diarios de arrestos o sobre el desmantelamiento de células y la difusión regular de novedades sobre la composición de la red yihadista.

De entre los operativos recientes destaca el lanzado a finales de julio en el barrio capitalino de Kalyanpur, donde las fuerzas policiales abatieron a nueve integrantes de una célula aparentemente vinculada a la que atacó Holey y tras el que extrajeron información que permitió identificar a Chaudhry como cerebro de la red.