El papa Francisco llegó al campo de concentración nazi de Auschwitz y atravesó su entrada bajo la inscripción en hierro forjado 'Arbeit macht frei' (El trabajo os hace libres) para comenzar su recorrido silencioso por el lugar donde fueron exterminadas más de un millón de personas.

A su llegada a las 09.19 hora local (07.17 GMT) fue recibido por el director del museo del campo y después se trasladó en un pequeño coche eléctrico al bloque 11, donde se encuentran las celdas subterráneas en las que se encerraba a los prisioneros para que murieran de hambre y sed.

Francisco se reunió con diez supervivientes de Auschwitz, entre ellos una mujer de 101 años que estos días acoge en su casa a un joven llegado a Polonia para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Posteriormente accedió al edificio de ladrillo del bloque 11 de Auschwitz que alberga la celda subterránea en la que Kolbe fue asesinado, un angosto recinto donde los reos morían generalmente de inanición por lo que era conocido como "el búnker del hambre".

El papabajó a la celda donde Kolbe -beatificado por Pablo VI en 1971 y canonizado por Juan Pablo II en 1982- fue encerrado para que muriera de hambre y sed, para un momento de recogimiento, en el día en que se recuerda el 75 aniversario del gesto del sacerdote polaco.

El espacio solo contaba con una letrina y en sus muros pueden apreciarse inscripciones con forma de cruz.

Francisco permaneció en este lugar solo, rezando durante aproximadamente diez minutos, en medio de una leve penumbra, sentado en una silla, cabizbajo y con la puerta enrejada abierta a sus espaldas.