El autor del ataque que ha tenido lugar este martes en un centro para discapacitados ubicado en la ciudad de Sagamihara, al suroeste de Tokio, había enviado el pasado mes de febrero una misiva a las autoridades policiales pidiendo un mundo en el que los discapacitados pudieran sacrificarse.

Según ha explicado la cadena nipona NHK, el presunto agresor había sido ingresado en un hospital mental a principios de este año, para evitar que provocara daños a otras personas.

Satoshi Uematsu, exempleado del centro en el que llevó el ataque, vivía en una vivienda a medio kilómetro del centro. Las autoridades de Kanagawa aseguran que Uematsu comenzó a trabajar en el centro, de gestión pública, como trabajador esporádico desde diciembre de 2012, y cuatro meses después se convirtió en un empleado regular.

El pasado mes de junio, la Policía ya había enviado a Uematsu a la Fiscalía después de haberse visto involucrado en una pelea en la que hirió a un hombre cerca de una estación de Tokio.

En febrero, además de la carta a la Policía, llegó a visitar la residencia oficial del presidente de la Cámara Baja en Tokio. Días después de enviar la misiva pidiendo sacrificar a los discapacitados, las autoridades indicaron que Uematsu podría llegar a dañar a alguien, por lo que lo internaron en un hospital psiquiátrico.

Fue dado de alta del centro a principios de marzo, gracias a un diagnóstico que apuntaba a que sus síntomas habían mejorado.