El Gobierno francés evitó hoy por segunda vez someter a votación en la Asamblea Nacional su polémico proyecto de ley de reforma laboral, contestado en las calles por miles de personas en una nueva jornada de movilización nacional.

La falta de apoyos con los que cuenta ese plan hizo que el Ejecutivo recurriera de nuevo al artículo 49.3 de la Constitución en una acalorada, pero breve sesión parlamentaria en la que el grupo conservador Los Republicanos abandonó el hemiciclo tras anunciarse esa medida.

En alusión a la derecha y a los disidentes de izquierdas, el primer ministro francés, Manuel Valls, lamentó la existencia de "una alianza de conservadores e inmovilistas" que no quiere cambiar nada y alegó que el texto en cuestión ha sido objeto de una "amplia concertación".

"El Gobierno tiene la determinación de avanzar porque la estrategia de unos y otros a menos de un año de las presidenciales no debe bloquear el país", dijo sobre un proyecto que, en su opinión, busca que Francia sea más fuerte frente a la competencia internacional y que los trabajadores estén más protegidos.

La reforma quedará aprobada en la Asamblea a menos que la oposición introduzca en las 24 horas siguientes una moción de censura, algo que los diputados conservadores ya han avanzado que no se plantean hacer.

Los opositores de izquierdas tienen difícil reunir las 58 firmas requeridas para abrir el proceso, y los socialistas disidentes han sido amenazados con la expulsión de su propio partido en caso de apoyarlo.

En mayo, la moción presentada por Los Republicanos y el centrista Unión de Demócratas e Independientes (UDI) fue respaldada por 246 de los 288 diputados necesarios, por lo que no salió adelante, y los socialistas se quedaron a dos firmas de poder presentar la suya.

En caso de que en esta ocasión no haya mociones, el texto irá al Senado para una segunda lectura y, si hay discrepancias, pasará de nuevo a la Asamblea para su votación definitiva, donde el Ejecutivo podría servirse por tercera vez de ese artículo, tachado de antidemocrático.

"No pilla a nadie por sorpresa"

Este nuevo recurso al 49.3, el cuarto en esta legislatura, "no pilla a nadie por sorpresa. Vuelve a ser una huida hacia delante. Estamos ante un gobierno que jamás ha sido tan impotente y débil como ahora", indicó en un comunicado el secretario general de Los Republicanos, Eric Woerth.

A su juicio, cuando se prohíbe el debate en el seno del Parlamento, no hay que sorprenderse de que "la cólera y la violencia tomen la calle".

La oposición ciudadana a la reforma laboral quedó reflejada hoy en la decimosegunda movilización nacional desde que, a mediados de febrero, se filtraron las primeras disposiciones de ese proyecto que toma el nombre de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri.

El secretario general del sindicato CGT, Philippe Martínez, señaló hoy antes del inicio de la manifestación de París que sirviéndose del artículo 49.3 el Ejecutivo "reconoce de nuevo su fracaso" y la falta de una mayoría.

Solo en la capital francesa, 45.000 manifestantes, según los organizadores, y entre 6.500 y 7.500, de acuerdo con la Prefectura de Policía, expresaron su descontento en una protesta que, pese a todo, no logró alcanzar las cifras de marchas anteriores.

Acciones puntuales en los peajes o en el Tour de Francia, que no prevén bloquear la competición ciclista, mantendrán este verano la oposición sindical, que retomará las concentraciones a partir de septiembre.

"Lo único que podemos decir es que vamos a continuar la movilización y que no vamos a parar hasta que el gobierno dimita y nosotros consigamos lo que queremos para nuestro país", dijo a Efe un manifestante, mientras que otro se mostró convencido de que el actual debate va a tener un peso en las elecciones presidenciales de 2017.