Los padres y el hermano de Andreas Lubitz, el copiloto suicida que estrelló deliberadamente el avión de Germanwings que volaba entre Barcelona y Düsseldorf, agradecieron en una esquela en memoria de su hijo, a todos aquellos que los han apoyado en lo que ellos llaman "un año de horror".

"Queremos agradecer a todos los que nos han ayudado y apoyado a asumir nuestra pérdida y a afrontar todo lo que nos ha caído encima en un año de horror, desesperación y duelo no superado", dice la esquela publicada por el diario "Bild".

En la esquela se agradece expresamente a la ciudad de Montabaur, de donde era originario Lubitz, al sacerdote que oficio los funerales, a las más de cien personas que asistieron al entierro y la discreción de la funeraria.

"En esta difícil situación, hemos visto como mucha gente lo apreciaba. En muchas conversaciones hemos visto con cuanto cariño es recordado Andy", agrega la esquela. En su vuelo suicida, el 24 de marzo de 2015, Lubitz causó la muerte de otras 149 personas.

Lubitz sufría graves depresiones, que terminaron por llevarle al suicidio. En el momento decisivo, el copiloto aprovechó que el piloto había ido al lavabo para encerrarse en la cabina y emprender el vuelo en picado contra los Alpes.