Los análisis médicos realizados a los heridos en los atentados de Bruselas han permitido conocer una prueba más de la brutalidad de sus autores. En la radiografía a una de ellos, en el hospital de Neder-Over-Heembeek, se ha podido apreciar que en el interior de su cuerpo hay un tornillo. Los investigadores creen que los explosivos detonados en el aeropuerto de la capital belga estaban reforzados con ellos para causar el mayor daño posible.