La mera promesa del primer ministro de Reino Unido, David Cameron, de convocar un referéndum para que los británicos decidan si quieren seguir en la Unión Europea ha alimentado las argumentaciones en uno y otro sentido. Campañas a favor y en contra han echado a andar con su particular visión sobre el ya célebre 'Brexit'.

Cameron hizo de la consulta una de sus grandes promesas de campaña para las elecciones de 2015, en las que el Partido Conservador logró una holgada mayoría parlamentaria. Inicialmente, planteó 2017 como horizonte, si bien en los últimos meses se han disparado las especulaciones sobre una votación inminente --incluso este verano--.

El 'premier' británico ha defendido en todo momento que es partidario de seguir en una UE reformada y, para ello, ha emprendido una intensa ronda de negociaciones que se tradujo en una propuesta concreta del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Recortes en las ayudas a inmigrantes y bloqueos a leyes comunitarias asoman en un documento que aún debe recibir el visto bueno de los Veintiocho.

Entretanto, diversos 'lobbys' han comenzado a tomar posiciones a la espera de una campaña previsiblemente apretada. Palabras como "riesgo", "seguridad", "liderazgo" u "orgullo" se cuelan en unos alegatos que suman sus primeros adeptos.

Dentro o fuera de la Unión Europea

La campaña 'Britain Stronger in Europe' (Reino Unido más fuerte en Europa) admite que la UE "no es perfecta" --argumento también esgrimido por Cameron--, pero defiende que, abandonarla, "pondría en riesgo la prosperidad, amenazaría la seguridad y reduciría la influencia (de Londres) en el mundo".

En este sentido, alega que "los beneficios de estar dentro claramente superan a los costes" y apunta, por ejemplo, que "una economía más fuerte" implica beneficios en crecimiento, comercio, inversión, empleo y precios. También garantiza, añade, un "liderazgo más fuerte" de Reino Unido y una mayor seguridad en un "mundo peligroso".

"Votar a favor de la salida es un salto a lo desconocido, arriesgar una economía más débil y las perspectivas de futuras generaciones", además de "una pérdida de influencia en la escena mundial", añade el alegato difundido en la web oficial.

No lo creen así campañas como 'Vote Leave, Take Control', 'Leave.eu' o 'Grassroots Out', que basan gran parte de sus consignas en criticar la supuesta incapacidad de la UE para hacer frente a los desafíos actuales y en llamamientos para "recuperar el control", tanto en términos políticos como económicos.

Campaña a favor de que Reino Unido abandone la UE

"Nuestros políticos dicen que este país no es lo suficientemente bueno, demasiado pequeño para marcar la diferencia en el mundo. Nosotros decimos que ya no confían en el país", explica 'Leave.eu' en su manifiesto, en el que invita a la ciudadanía a "imaginarse" como sería un Reino Unido fuera de la UE.

Cada hogar tendría "1.000 libras más para gastar cada año" gracias al fin de ciertas tasas y al abaratamiento de productos, no existirían leyes "dictadas por Bruselas" y Londres "recuperaría el control de cuestiones importantes como las fronteras". Precisamente este último punto, el de las fronteras, ha sido uno de los argumentos más repetidos por el bastión euroescéptico aprovechando la llegada masiva de refugiados a Europa.

"Imagina el sentimiento de orgullo que sería negociar nuestros propios acuerdos comerciales. Si Islandia puede negociar un acuerdo de libre comercio con China, nosotros por supuesto que podemos", recoge 'Leave.eu'.

Cameron ya ha deslizado que dirá 'sí' a la UE y 'no' al Brexit si finalmente sale adelante la propuesta de Tusk, que ocupará un papel destacado en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de este jueves y viernes. El Gobierno británico como entidad también tendrá un criterio, aunque no así sus miembros a título individual.

El primer ministro se ha comprometido a dar libertad de voto a los ministros y a los diputados euroescépticos. Hasta una tercera parte del gabinete ha expresado en público sus dudas, entre ellos voces destacadas como la del titular de Exteriores, Philip Hammond, o la de la responsable de Interior, Theresa May.

Sin embargo, los medios especulan con que finalmente serán al menos cuatro los miembros del Gobierno que harán campaña en favor del 'Brexit'. El periódico 'The Guardian' ha incluido en esta lista al ministro de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith, y al de Cultura, John Whittingdale, así como al líder en la Cámara de los Comunes, Chris Grayling.

Las campañas que abogan por la salida de la UE presumen en sus portales de que su apoyo trasciende a partidos concretos y refleja una preocupación transversal que incluye a militantes y simpatizantes de distintas formaciones. El Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) es, sin duda, el que más se juega en términos políticos.

Empresas y medios de comunicación también han tomado partido en los últimos meses para opinar a favor o en contra de una ruptura que, por ejemplo, ya han criticado abiertamente los periódicos 'Financial Times' y 'The Economist'. La City, la élite financiera de Londres, tampoco termina de estar convencida y los diversos comentarios recogidos en prensa reflejan división.

Esta división se extiende también a pie de calle, tal como han venido reflejando las sucesivas encuestas difundidas en los últimos meses. La amplia mayoría de los sondeos mantienen los porcentajes en un margen de empate técnico, si bien la media actualizada por 'The Telegraph' sitúa ligeramente por encima la opción de un Reino Unido dentro de la UE.