Al menos 29 personas murieron a causa de la histórica nevada que desde el viernes ha paralizado el este de Estados Unidos, donde se llegó a registrar hasta 91 centímetros de nieve.

Una madre y su hijo de un año murieron en las últimas horas en el estado de Nueva Jersey envenenados por el escape de su coche durante la última tormenta de nieve, por lo que el saldo provisional de fallecidos, que se eleva a 29 víctimas.

Según informó hoy el diario local The Record, el suceso se registró el sábado por la noche en la localidad de Passaic, cuando la madre, de 23 años, estaba dentro del vehículo con sus dos hijos y el tubo de escape estaba cubierto de nieve.

Otro menor, de 3 años, está en situación crítica, dijeron fuentes policiales al diario. El padre estaba cerca del lugar, intentando quitar la nieve. En total, según medios locales, han sido al menos seis las personas que desde que se extendió la tormenta de nieve por la costa este de Estados Unidos, el viernes, han perecido por inhalar monóxido de carbono de escapes de automóviles que estaban cubiertos por la nieve.

Otras once personas han perecido por accidentes de tráfico a causa del mal estado de las vías, cinco más por ataques al corazón mientras participaban en los trabajos para quitar nieve, tres por razones desconocidas y un caso por hipotermia.

Las víctimas se han registrado en los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Virginia, Delaware, Tennessee, Kentucky, Maryland, Carolina del Norte, Pensilvania y Ohio.

En el caso de la ciudad de Nueva York, la mayor del país, la tormenta causó la segunda nevada más intensa desde que se tienen registros, hace siglo y medio. Tres de las víctimas por ataques al corazón se registraron en la ciudad de Nueva York.

La tormenta sorprendió a la ciudad de Nueva York, que pasó en pocas horas de esperar efectos menores a prohibir el tráfico rodado hasta el domingo a primera hora ante el pronóstico de una nevada histórica que ya ha superado los 63 centímetros, la tercera mayor desde el inicio de los registros en 1869.

La ciudad más poblada del país suspendió el metro exterior, la isla de Manhattan cerró los túneles y puentes que la conectan, y hasta se quedó sin uno de sus iconos: todos los espectáculos cancelados en Broadway, la gran avenida de los teatros.

La capital, Washington DC, está desde el mediodía del viernes en máxima alerta y el sábado sufrió la peor fase de la tormenta, con violentos vientos, visibilidad casi nula, grandes acumulaciones de nieve y temperaturas gélidas en descenso hasta mínimas cercanas a los menos 20 grados centígrados.

La tormenta ha afectado enormemente al tráfico aéreo, con más de 12.000 cancelaciones y la previsión de que los vuelos no comiencen a reprogramarse hasta el lunes en varios aeropuertos principales.

Una de las pesadillas que dejó la tormenta es la de los centenares de personas que terminaron atrapados durante horas en autopistas de Kentucky, Virginia Occidental y Pensilvania, estado en el que decenas de personas estuvieron bloqueadas durante más de 24 horas.

La tormenta ha dejado, no obstante, algunas notas curiosas y tiernas, como la imagen del panda gigante Tian Tian gozando con la nieve en el Zoo de Washington o la de la solemne guardia bajo la tormenta de los centinelas que guardan la tumba al soldado desconocido sin interrupción desde 1937 en el cementerio nacional de Arlington, en Virginia.

Se espera que la nieve y el viento vayan cesando a lo largo del domingo, cuando comenzará la complicada vuelta a la normalidad tras la que sin duda ya es una tormenta de la que se hablará durante generaciones.