El número de muertos por el ataque lanzado el sábado contra una base de las Fuerzas Aéreas indias en el norte del país aumentó hoy a doce, después de que las tropas abatiesen a un quinto insurgente durante las operaciones para repeler la acción, que aún continúan.

El teniente general de la Guardia de Seguridad Nacional Dushant Singh informó en rueda de prensa de que un atacante fue "eliminado" en las últimas horas, lo que eleva a cinco los insurgentes muertos, mientras las bajas militares se mantienen en siete.

La fuente agregó que las operaciones de "peinado y búsqueda" continúan en marcha, en el tercer día desde el inicio del ataque, y que las Fuerzas Aéreas han desplegado todos sus recursos, incluido material de vigilancia.

El ministro indio de Finanzas, Arun Jaitley, explicó a periodistas que "normalmente" este tipo de operaciones necesitan "tiempo" para completarse, debido a la extensión del área y a que los insurgentes portan explosivos.

"Está tardando mucho porque son terroristas entrenados y suicidas", manifestó, para recordar que también durante los atentados de Bombay en 2008 llevó "días" abatir a los insurgentes, tras un ataque con 166 muertos.

A preguntas de los periodistas sobre si el ataque afectará a la relación de la India con Pakistán, Jaitley rechazó hacer comentarios hasta que se dé por finalizada la operación, que ha vuelto a poner sobre el tapete la supuesta exportación de terrorismo de la que la India acusó a su vecino en varias ocasiones.

El grupo cachemir Consejo de la Yihad Unida (UJC, siglas en inglés) reclamó la autoría del ataque en un comunicado y aseguró que se trata de un "mensaje" a la India para mostrarle que pueden atentar contra cualquier lugar "sensible" del país.

"Sería mejor para los líderes indios que lean lo escrito en el muro y dejen a los cachemires decidir su destino sobre su propia adhesión sin mayor dilación", sentenció el portavoz del grupo, Syed Sadaqat Hussain, en la nota, a la que ha tenido acceso Efe.

La acción, que comenzó la madrugada del sábado en el estado del Punjab, se produce después de que el primer ministro de la India, Narendra Modi, realizase el pasado día 25 la primera visita de un mandatario indio a Pakistán en once años y menos de un mes tras anunciarse el inicio de un diálogo de paz entre ambos países.

El Punjab es fronterizo con Cachemira, región disputada entre la India y Pakistán y su principal punto de enfrentamiento, por la que libraron dos guerras y varios conflictos menores desde la partición del subcontinente y la creación de ambos países en 1947.

A finales de julio, un grupo de atacantes con uniforme militar se atrincheraron durante diez horas en una comisaría del Punjab, en una acción que causó la muerte a diez personas, entre ellas tres civiles, cuatro policías y tres asaltantes.