El Ministerio del Interior de Arabia Saudí ha anunciado este sábado la ejecución de "47 terroristas", según ha informado la cadena 'Al Arabiya', entre los que se encuentra el conocido clérigo chií Nimr al Nimr, considerado uno de los grandes líderes de las revueltas de 2011 y 2012 en el reino árabe que siguieron a la revolución tunecina.

La mayoría de los ejecutados, 45, son de nacionalidad saudí, entre ellos el propio Al Nimr. Junto a ellos han sido ajusticiados un hombre de nacionalidad egipcia y otro de nacionalidad chadiana. El Ministerio no ha aclarado el método empleado, pero el más habitual es la decapitación.

Al Nimr fue condenado por delito de "terrorismo", que se añade a los formulados previamente: "buscar la intervención extranjera en Arabia Saudí" -- en referencia a Irán, que ha advertido en los últimos meses que el reino árabe "pagaría cara" la ejecución de Al Nimr --, así como delito de desobediencia, y por levantarse en armas contra las fuerzas de seguridad.

Al Nimr alcanzó gran popularidad al reivindicar los derechos de la tradicionalmente marginada comunidad chií de la Provincia Oriental del país. En marzo de 2009, las autoridades emitieron una orden de arresto contra él por recomendar la secesión de la provincia si el Gobierno no respetaba los derechos y la diginidad de los chiíes residentes en esta localidad.

Decapitados y fusilados

Las autoridades saudíes defendieron su decisión de ejecutar a estas 47 personas y alegaron que todos fueron sometidos a juicios justos.

El portavoz del Ministerio del Interior, Mansur al Turki, afirmó en una rueda de prensa que "las autoridades se aseguraron de la identidad de todos los condenados antes de ejecutar las sentencias legales", ratificadas por los tribunales.

Al Turki explicó que las ejecuciones se llevaron a cabo por separado en doce zonas del país, en ocho de ellas mediante la decapitación por sable y en cuatro por fusilamiento.

El portavoz pidió comprensión con el sistema legal saudí, que juzga según "la ley islámica, cuya autoridad judicial está sujeta al Corán y a los dichos del profeta Mahoma".

El comunicado de Interior anunciando las ejecuciones estaba precedido por versículos coránicos que justifican el uso de este castigo, como también hizo el mufti del país, Abdulaziz al Sheij, que las calificó de "justas".

Por su parte, el jeque Mansur al Qafari, portavoz del Ministerio de Justicia, dijo que todos los acusados de terrorismo gozan de derechos y garantías judiciales, como la defensa de un abogado, la posibilidad de presentar recursos y la presencia de sus familiares en las sesiones.

"Aplicamos los juicios legales contra los que perpetran crímenes y después de agotar todas las fases judiciales", apostilló Al Qafari.

Ambos responsables desestimaron las críticas lanzadas por la comunidad chií por la ejecución del clérigo Nimr Baqir al Nimr y las efectuadas anteriormente por organizaciones de Derechos Humanos por el frecuente uso de la pena de muerte en el país.

En cuanto a Al Nimr, el portavoz de Interior indicó que "el reino saudí aplica los fallos judiciales legales independientemente de la persona" y subrayó que las autoridades seguirán persiguiendo a todos los que cometan actos terroristas.

Atentados desde 2003

Grupos islámicos extremistas comenzaron en mayo de 2003 una campaña de desestabilización del régimen saudí con varios atentados contra la colonia occidental que trabaja en el país y las instalaciones petroleras.

Estos atentados, en los que hubo decenas de fallecidos y que fueron imputados en parte a los ejecutados hoy, fueron contestados con una lucha sin cuartel de las fuerzas saudíes, que detuvieron a numerosos supuestos terroristas.

En los últimos dos años, cientos de personas han sido condenadas por terrorismo en el reino, donde la justicia también ha cargado contra la minoría chií por las protestas protagonizadas contra la monarquía.

En 2015 fueron más de 150 las ejecuciones llevadas a cabo en Arabia Saudí, según organizaciones de Derechos Humanos, una cifra muy superior a las 90 de 2014.