El magnate neoyorquino y aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump descartó hoy presentarse como candidato independiente si no resulta nominado por el Partido Republicano, pese a haber amenazado en ocasiones anteriores con una hipotética tercera candidatura.

"Voy a ser un republicano, no voy a crear un tercer partido. No importa qué ocurra", indicó el magnate inmobiliario, quien la semana pasada volvió a dejar en el aire la posibilidad de presentarse de forma independiente si no recibía "un trato justo" por parte de los dirigentes conservadores.

"Tengo un compromiso total con el Partido Republicano. Me honra estar liderándolo. Creo que lo haré muy bien si resulto elegido y haré todo en mi poder para vencer a (la favorita para la nominación demócrata) Hillary Clinton", indicó Trump al ser preguntado sobre la cuestión durante un nuevo debate de precandidatos republicanos de cara a las elecciones de 2016.

Fue la primera vez en que el magnate descartó por completo esa posibilidad, lo que desencadenó aplausos por parte de los asistentes al quinto debate republicano que se celebró en el casino Venetian de Las Vegas (Nevada) e incluso del periodista que había formulado la pregunta, Hugh Hewitt.

"He desarrollado un gran respeto por el liderazgo (del Partido) Republicano. Tengo gran respeto por la gente que he conocido a lo largo de este proceso", indicó Trump.

Los moderadores de CNN también preguntaron por esta cuestión al neurocirujano retirado Ben Carson, quien había seguido los pasos de Trump y había amenazado con abandonar el Partido Republicano a raíz de una información publicada según la cual el aparato del partido contemplaría buscar un candidato de consenso al margen de las primarias.

"El comentario que hice la semana pasada de que abandonaría el partido estaba supeditado a que el partido actuase como lo ha hecho en el pasado, con muchos subterfugios y poca honestidad", indicó Carson, quien explicó que el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, le aseguró que la información publicada no era cierta.

Quinto debate republicano

La seguridad nacional y la lucha contra el Estado Islámico (EI) centraron este martes el quinto debate entre aspirantes republicanos a la presidencia de EE.UU., en el que Donald Trump y Ted Cruz, los dos candidatos mejor posicionados en las encuestas, evitaron el enfrentamiento directo.

El de Las Vegas (Nevada) fue el primer debate celebrado tras los atentados de París del 13 de noviembre y el ataque en San Bernardino (California, EE.UU.) del 2 de diciembre, por lo que éste giró, casi en su totalidad, en torno a cómo combatir al EI en su califato de Irak y Siria y fuera de sus fronteras.

Uno de los primeros asuntos sobre el que fueron preguntados los precandidatos fue el polémico plan de Trump de vetar temporalmente la entrada de musulmanes en EEUU, lo que llevó al exgobernador de Florida Jeb Bush a afirmar que si Donald Trump logra llegar a la Casa Blanca sería "el presidente del caos".

"Donald es muy bueno con los titulares, pero es el candidato del caos. Y sería el presidente del caos", aseguró Bush en un ataque directo a Trump, que actualmente lidera las encuestas para ser el nominado a la candidatura presidencial republicana en 2016.

A juicio del exgobernador, la propuesta de Trump "lograría todo lo contrario" de lo que se busca, que es "destruir el Estado Islámico (EI)".

El magnate inmobiliario, por su lado, descalificó las críticas de su rival y las achacó a sus bajos resultados en las encuestas, ya que a su entender Bush "ha fracasado en su campaña, que es un desastre".

Por su parte, el segundo mejor posicionado en los últimos sondeos a nivel nacional, Ted Cruz, evitó en todo momento criticar directamente a Trump y su plan sobre los musulmanes, e incluso admitió que "entiende" por qué el magnate hizo esa propuesta, pero aseguró que no la comparte.

En varias ocasiones, los moderadores de CNN trataron de buscar un enfrentamiento directo entre Trump y Cruz, una presumible lucha entre el primer y segundo candidato que la cadena televisiva incluso había utilizado para promocionar el debate, pero que finalmente no ocurrió.

Al ser preguntado sobre sus comentarios anteriores en los que dijo que Cruz se comportaba como "un maníaco" cuando llegó al Senado, Trump aseguró que lo ha conocido mejor "durante los últimos 3 o 4 días" y que el político tejano tiene un "temperamento maravilloso".

"Está bien. No os preocupéis por ello", añadió el magnate, quien dio una suave palmada y dirigió una sonrisa a Cruz, que se encontraba en el atril de al lado durante el debate.

Inmediatamente, la misma periodista que había inquirido a Trump se dirigió a Cruz para preguntarle sobre unos supuestos comentarios negativos que éste hizo sobre el magnate en un encuentro privado la semana pasada.

"Lo que dije en privado es exactamente lo que diré aquí, que es que el juicio de cada votante está decidiendo quién tiene la experiencia, la visión y el juicio para ser comandante en jefe (...) Lo que puedo decirle es que cada una de las nueve personas que estamos aquí hoy sería un comandante en jefe infinitamente mejor que Barack Obama o Hillary Clinton", añadió.

En el debate de hoy también se volvió a abordar, aunque brevemente y siempre vinculada a la seguridad, la política migratoria, ante lo que el senador por Florida Marco Rubio reiteró su disposición a permitir que los inmigrantes indocumentados accedan a la tarjeta de residente permanente al cabo de un tiempo.

"Estoy personalmente abierto a que, después de diez años, de estatus provisional (...) a que la gente tenga la posibilidad de solicitar la tarjeta verde (de residencia permanente)", aseguró Rubio, de origen cubano, aunque reconoció que "no es la opinión mayoritaria de su partido".

El de este martes fue el quinto y último debate entre aspirantes presidenciales del Partido Republicano del año, ya que éstos no se reemprenderán hasta el 14 de enero de 2016, cuando, a sólo dos semanas del primer caucus en Iowa, los precandidatos volverán a debatir en North Charleston (Carolina del Sur).