El primer ministro de Francia, Manuel Valls, advirtió hoy del "riesgo de armas químicas y bacteriológicas" en futuros ataques terroristas.

"Puede haber riesgo de armas químicas y bacteriológicas", dijo el jefe del Gobierno francés ante la Asamblea Nacional, que ha aprobado la prolongación del estado de emergencia en Francia durante tres meses.

En su discurso en la Asamblea Nacional, Valls ha hecho hincapié en que hay que adoptar todas las precauciones necesarias para evitar nuevos atentados.

"A día de hoy no se puede excluir nada. Lo digo con todas las precauciones necesaria pero lo sabemos y lo tenemos en mente. Puede existir el riesgo de las armas químicas y bacteriológicas", ha afirmado el jefe del Gobierno galo.

Valls ha subrayado que el "enemigo" de Francia tiene "un nombre": "el islamismo radical. "Será estando juntos, unidos, como lo destruiremos", ha afirmado. El Boletín Oficial de Francia ha publicado este jueves el decreto por el que se amplía el estado de emergencia a los territorios de ultramar francés, una medida anunciada en su discurso del miércoles por el presidente galo, François Hollande.

Tras la operación que acabó en Saint Denis con dos muertos y siete personas detenidas, Hollande aseguró este miércoles que Francia continúa "en guerra" y anunció el envío del portaaeronaves Charles de Gaulle para triplicar la capacidad de ataque de Francia contra los objetivos de Estado Islámico en Siria.

Control en fronteras

Valls solicitó además "un control sistemático en las fronteras de la Unión Europea para los beneficiarios de la libre circulación" y advirtió de que, "si no se hace, la supervivencia de Schengen está en juego".

Valls, que intervenía en el debate en la Asamblea Nacional para prolongar tres meses el estado de emergencia decretado tras los atentados yihadistas del viernes, en los que fueron asesinadas 129 personas y más de 300 resultaron heridas, reclamó la adopción rápida del dispositivo de registro de pasajeros aéreos (PNR).

"Ya es hora -subrayó- de que Europa adopte el texto sobre el PNR que garantice el seguimiento de los desplazamientos, incluso en el interior de la UE. Es una condición para nuestra seguridad colectiva".

"La seguridad -dijo el primer ministro socialista- es la primera de las libertades. Por eso se han limitado temporalmente otras libertades, en una medida estrictamente necesaria".

Insistió en la voluntad de regular de forma "muy estricta" el retorno a Francia de los que han ido al extranjero para integrarse en grupos yihadistas porque constituyen "una amenaza a la seguridad muy grave".

Policías galos en la frontera de Francia con Italia. Foto: Reuters

A ese respecto, contó que se tienen registrados 966 franceses o residentes que han ido a Siria o Irak, de los cuales 142 han muerto en el combate, 588 siguen allí y 247 han salido de esos países.

Valls hizo notar que "algunos hacen regularmente el trayecto de ida y vuelta, y algunos son yihadistas 'arrepentidos' de los que es difícil evaluar su sinceridad".

Por eso, lo que se quiere es prohibirles entrar en Francia, tanto a los franceses como a los extranjeros residentes, sin una autorización expresa.

Esa disposición estará en la reforma constitucional que el Gobierno quiere sacar adelante, al igual que la retirada de la nacionalidad francesa a los que tengan doble nacionalidad y sean condenados por terrorismo.

Prohibición de manifestarse

Por su parte, la Prefectura de Policía de París ha ampliado hasta el próximo domingo la prohibición de manifestarse en las calles de la capital, ordenada en el marco del estado de emergencia decretado tras los atentados del pasado viernes.

Ese veto no afectará a las reuniones con fines conmemorativos que vienen teniendo lugar en los lugares en los que se produjeron las masacres, precisó la Prefectura de Policía en un comunicado.

Sin embargo, queda suspendida la peatonalización de diversas calles de París que el Ayuntamiento organiza cada fin de semana y que provocan aglomeración de población.

Esta operación, denominada "París Respira", se mantendrá en la orilla del Sena frente al Museo de Louvre, y en los bosques de Bolonia y de Vincennes, respectivamente al oeste y el este de la ciudad.

En cuanto a los espectáculos que aglutinen a más de 1.000 personas en recintos cerrados, la Prefectura de Policía señaló que "no están prohibidos" pero que deben "prever un dispositivo de seguridad reforzado".

En particular, se les impone un control de acceso y selección de los espectadores, así como un dispositivo de espera adaptado al público en el exterior.

"La Prefectura de Policía se asegurará del carácter suficiente de las medidas adoptadas por los responsable en las 50 mayores salas de París", agregó.