El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994, fue reelegido este domingo con una abrumadora mayoría para su quinto mandato consecutivo en unos comicios donde la participación alcanzó el 86,75 por ciento, según los resultados preliminares.

Entre los primeros datos ofrecidos, la Comisión Electoral Central (CEC) informó de que el actual mandatario ganó en la circunscripción de Brest (oeste) por una abrumadora mayoría, con el 86,7 por ciento de los votos.

En la capital, Minsk, Lukashenko consiguió el 65,58 por ciento de los votos, muy lejos de la segunda candidata, la opositora Tatiana Korotkévich, que apenas logró un 6 por ciento.

Según la CEC, la participación definitiva alcanzó al cierre de los colegios el 86,75 por ciento del censo, cifrado en casi siete millones de ciudadanos.

Antes de los primeros resultados, los sondeos a pie de urna avanzaron que el líder bielorruso obtendría más del 80 por ciento de los sufragios, lo que haría innecesaria la celebración de una segunda vuelta.

Según las encuestas realizada por tres instituciones, Lukashenko tendría el voto de entre el 80,3 y el 84,1 por ciento de los electores que acudieron a las urnas.

Los otros tres candidatos, Tatiana Korotkévich, activista de una plataforma cívica opositora, Nikolái Ulajóvich, jefe de una organización de cosacos, y Serguéi Gaidukévich, líder del Partido Liberal Democrático de Bielorrusia, conseguirían entre el 1 y el 5 por ciento de las preferencias.

Tanto las autoridades electorales como el Ministerio del Interior de Bielorrusia resaltaron que la jornada de votación transcurrió en un clima de calma, sin incidencias destacables.

Marcha hacia el Gobierno

Sin embargo, tras el cierre de los colegios electorales más de cerca un centenar de opositores, algunos de ellos con banderas de la Unión Europea, iniciaron una marcha no autorizada hacia la sede de Gobierno, sin que interviniera la policía, según informó la agencia rusa Interfax.

"¡Bielorrusia Vive!", "¡Creemos, podemos, venceremos!", "¡Gloria a Ucrania, gloria a los héroes!", eran algunas de las consignas que coreaban los manifestantes.

Dos de los opositores, y ex candidatos presidenciales, Nikolai Statkevich y Vladimir Neklayev, dijeron a los periodistas que no reconocían las elecciones celebradas hoy, que calificaron de "espectáculo".

Entre otros motivos, protestaban por el voto anticipado, en el que participó el 36 por ciento de los electores, que sufragaron entre el 6 y el 10 de octubre.

Casi la totalidad de los observadores daban por descontada una victoria aplastante de Lukashenko, cuyo autoritarismo le ha granjeado la vitola de "último dictador de Europa", así como sanciones de la Unión Europea.

Sin embargo, en lo últimos meses, con su desmarque de Rusia en la crisis ucraniana y el indulto a presos políticos, entre otros pasos, Lukashenko ha propiciado cierto deshielo con Occidente.

Hoy mismo, tras emitir su sufragio, el presidente bielorruso señaló a la prensa que en Occidente se han percatado de que las sanciones no ayudan y "han visto que Bielorrusia es un Estado serio".

Con esas palabras comentó las informaciones sobre la disposición de la Unión Europea a suspender ya este mes las sanciones que pesan contra Minsk en caso de las elecciones presidenciales se desarrollen de manera "aceptable".

La presidenta de la CEC, Lidia Yermóshina, aseguró que las autoridades electorales ofrecieron todo tipo de facilidades a la misión de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación (OSCE).

"No puedo dar un pronóstico sobre el informe que elaborarán los observadores de la misión de la OSCE", dijo Yermóshina, quien indicó que los primeros resultados preliminares se conocerán durante la noche.

Lukashenko afirmó hoy que está dispuesto a "emprender todo tipo de reformas, incluso revolucionarias", si así lo desean los bielorrusos, aunque subrayó que él es partidario de la vía evolutiva.

Explicó que el principio por el que se ha regido su política todos esto estos años ha sido el de que "todo debe realizarse en calma, sin revoluciones".

Por ello, agregó, "he avanzado por la vía de la evolución, aun cuando sabía que la senda evolutiva no brindaría resultados inmediatos, pues entendía que el pueblo así no se vería abocado a penurias".

"Estoy dispuesto a actuar como queráis. Nadie puede reprocharme que estos años haya actuado en contra de la opinión del pueblo", subrayó el líder bielorruso.