Las elecciones anticipadas que se celebrarán el próximo domingo en Grecia se presentan como las más reñidas en 15 años, y dos días antes de la cita en las urnas, todos los sondeos dan un práctico empate entre conservadores e izquierdistas.

Según las últimas encuestas, no se puede dar una imagen fiable del comportamiento que tendrán los electores en las urnas, porque hay demasiadas incógnitas.

Dos de ellas son el nivel de indecisos y de abstención; esta última podría ser mucho más elevada que en las elecciones de enero y en el referéndum de julio.

La mayoría de los institutos sitúan el porcentaje de indecisos entre el 10 % y el 15 %, mientras que no hay apenas cifras publicadas sobre la abstención.

En Grecia el voto es obligatorio, con excepciones que dependen de una serie de factores, pero en la práctica no se multa al que infringe la ley.

Los institutos demoscópicos coinciden en que una elevada abstención perjudica sobre todo a Syriza, que tiene un arraigo de voto mucho más bajo que la conservadora Nueva Democracia.

De acuerdo a las investigaciones demoscópicas, a pocos días de las elecciones Syriza solo tenía asegurado al 64 % de los votantes de enero, mientras que Nueva Democracia contaba con el 84 %.

Los sondeos de los institutos Pulse, ALCO y Metron Analysis dan una imagen muy similar, que únicamente se diferencia en que unos dan a Nueva Democracia por delante y los otros a Syriza.

La encuesta de Pulse da un empate absoluto, con ambos partidos en el 28 %; ALCO da una ligera ventaja a Syriza, con el 25,3 % frente al 25 %.

Todos los institutos coinciden en que los neonazis de Amanecer Dorado podrán defender el tercer puesto, con un porcentaje de entre el 6,2 % y el 6,7 % de los votos.

Con seguridad entrarán en el Parlamento los socialdemócratas de Pasok, el comunista KKE y el centrista To Potami, todos entre el 5 % y el 7 %.

A partir de ahí, la imagen que dan los institutos vuelve a ser difusa.

La mayoría de los sondeos da a la Unidad Popular -partido escindido de Syriza- justo dentro del arco parlamentario.

Los nacionalistas Griegos Independientes -el socio del Gobierno izquierdista-, y la Unión de Centristas -formación que desde que se fundó hace más de dos décadas nunca logró un escaño- están en algunas encuestas ligeramente por encima y en otras justo por debajo del tres por ciento mínimo para acceder al Parlamento.

El sistema electoral griego otorga al partido más votado un bonus de 50 en un parlamento de 300 escaños.

En la práctica eso significa que si la primera fuerza ronda el 30 % -en una cámara de siete formaciones- necesitará formar una coalición con dos partidos pequeños.

Si se queda claramente por debajo del 30 %, tan solo una gran coalición podrá garantizar la mayoría parlamentaria.

En la recta final de su campaña, el líder de Syriza se ha centrado en pedir un mandato fuerte y en asegurar que la abstención beneficia a su rival conservador, Vanguelis Meimarakis.

El dirigente conservador, por su parte, ha prometido formar una coalición de Gobierno de amplio apoyo.