El paso fronterizo de Paraguachón, en el noroccidental estado Zulia, terminó este miércoles su segundo día de clausura en calma y con un aumento de las fuerzas de seguridad en una jornada en la que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo sentirse "obligado" a hablar con Colombia a pesar de sus "ofensas".

A pesar del cierre del paso ordenado por Maduro el lunes para, en teoría, facilitar la lucha contra el paramilitarismo colombiano o el hampa en la frontera con Colombia, y del incremento de la presencia de efectivos militares en todos los poblados aledaños a Paraguachón, la venta ilegal de combustible y alimentos continúa, constató Efe.

Parte de los 3.000 efectivos movilizados hacia el Zulia por el Gobierno son los encargados de controlar el tránsito interno en los accesos previos al paso desde las 5.00 horas (9.30 GMT) hasta las 18.00 horas (00.30 GMT) así como de inspeccionar los vehículos para impedir el contrabando de alimentos o productos de higiene y limpieza.

El paso hacia Colombia está totalmente restringido excepto para los habitantes de la etnia wayuú de la zona que posean documentos identificativos aunque, como está prohibido que pasen con alimentos y equipaje, han buscado caminos ilegales para cruzar al país vecino.

Este cierre fronterizo así como el decreto de estado de excepción en tres municipios fronterizos del Zulia fue ordenado el lunes por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dentro de la lucha que mantiene el Ejecutivo contra el hampa, el contrabando o el paramilitarismo.

La suspensión de garantías fue aprobada también por la comisión delegada de la Asamblea Nacional, quien en palabras de su presidente, el oficialista Diosdado Cabello, reiteró "el acompañamiento al hermano presidente Nicolás Maduro en todas las decisiones que tome".

Esta es la tercera zona fronteriza con Colombia en la que se aplica tanto el cierre de los pasos como el estado de excepción.

Estas medidas se comenzaron a ejecutar en zonas fronterizas el pasado 19 de agosto cuando Maduro ordenó el cierre de los pasos hacia Colombia en seis municipios del occidental estado Táchira tras, según el Gobierno, el ataque de paramilitares colombianos contra una patrulla formada por tres militares y un civil venezolanos.

Dos días después, decretó ahí el estado de excepción por los mismo motivos, el 28 de agosto amplió estas dos medidas a cuatro municipios más y finalmente la decisión llegó, el lunes, a tres entidades del Zulia.

Maduro reiteró este miércoles que a pesar de las protestas de Bogotá no abrirá los puntos de frontera cerrados hasta que no se llegue a un acuerdo "garantizado" con el país vecino "para una nueva frontera de paz".

"Ese torniquete se queda allí, para proteger a nuestro pueblo, hasta que logremos un acuerdo con Colombia para una nueva frontera de paz, un acuerdo garantizado, palabra garantizada en los hechos, ya ahí iremos estableciendo una nueva frontera, fluida, viva, pero de paz", sostuvo.

El presidente venezolano reveló que desde el cierre ordenado el 19 de agosto el país se ha ahorrado "2.500 millones de dólares por extracción de combustible" hacia el país vecino, una de los negocios más rentables debido a la diferencia de precios entre Venezuela, con la gasolina más barata del mundo, y Colombia.

Desde esa fecha los dos países han tratado de llegar a un acuerdo para la reapertura de los pasos, pero los cruces de acusaciones han hecho imposible que, hasta el momento, los dos presidentes puedan fijar una fecha para reunirse a pesar de los intentos.

Antes de la aparición televisiva de Maduro, Santos había afirmado que el sistema de Gobierno chavista se estaba "autodestruyendo" y que esta misma era la culpable de los problemas que vive Venezuela.

Maduro señaló que Santos había emitido "las peores ofensas contra la historia de Venezuela" y contra su persona "que jamás se hayan emitido en boca de un presidente de la República de Colombia en toda la historia" y lo acusó de haber roto "todas las reglas básicas del respeto al modelo venezolano".

"Así y todo, a pesar de sus ofensas, yo como presidente de Venezuela estoy obligado a hablar con usted y a resolver por la vía del diálogo estos asuntos", afirmó, sin embargo, Maduro.

Reiteró sus intenciones de reunirse con Santos pero sin condiciones ya que, dijo, "quien pone condiciones es que no quiere reuniones, es una buena excusa".

Propuso además que "desde ya se trabaje desde la cancillerías" para que los dos presidentes firmen "un pacto de paz, convivencia y coexistencia de modelo políticos económicos y humanos entre Colombia y Venezuela".