La crisis entre Colombia y Venezuela tomó hoy nuevos tintes con la advertencia del presidente Juan Manuel Santos de que las deportaciones masivas de compatriotas suyos desde el país vecino pueden ser llevadas a la justicia internacional, mientras sigue sin aparecer la luz al final del túnel para un arreglo.

En una alocución esta noche al país, Santos dejó claro que su prioridad es defender los derechos humanos de los colombianos que viven en Venezuela y que desde que el presidente de ese país, Nicolás Maduro, ordenó el cierre del principal paso fronterizo, hace trece días, han sido objeto de deportaciones masivas y otros atropellos.

"Al igual que en los guetos nazis, se han marcado las casas de las familias con una 'D', para luego demolerlas", denunció el mandatario, quien citó otras agresiones sufridas por los colombianos en la zona de frontera solo por su nacionalidad.

Santos afirmó que "Venezuela, como cualquier Estado, tiene derecho a cerrar su frontera o a expulsar personas por razones de seguridad", pero aclaró que al hacer esto un país "no puede violar el derecho internacional", lo que a su juicio es lo que está ocurriendo.

Por esos motivos, agregó que el fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, "está considerando seriamente presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional contra miembros de la cúpula civil y militar del Gobierno venezolano que podrían ser responsables por crímenes de lesa humanidad consagrados en el Estatuto de Roma".

"La Fiscalía General de la Nación considera que hay bases para probar que se ha configurado un posible ataque generalizado y sistemático contra la población civil colombiana", añadió.

El jefe de Estado colombiano subrayó que las deportaciones "no pueden ser discriminatorias por razones de nacionalidad" ni tampoco "masivas ni arbitrarias".

Una misión de las Naciones Unidas reveló este lunes que desde el inicio de la crisis han sido deportados de Venezuela 1.100 colombianos, mientras que otros 10.000 han optado por abandonar ese país.

Santos criticó que en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) haya sido rechazada ayer la solicitud de Colombia de convocar una reunión de cancilleres de ese organismo para tratar el asunto de los deportados.

"Infortunadamente, pudieron más la ideología y los intereses monetarios que las razones humanitarias. ¡Es triste constatarlo, pero fue así!", lamentó.

Reunión de urgencia de cancillares

Igualmente se refirió a la falta de agilidad de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para convocar una reunión de urgencia de cancilleres, que inicialmente había sido marcada para el próximo jueves y luego se postergó.

"En cuanto a la Unasur, habíamos pedido una reunión de urgencia que nunca se dio y, por lo tanto, desistimos de esa reunión", sentenció Santos.

Agotadas esas dos instancias, y al margen de la denuncia que pueda llevarse ante la CPI, Colombia acudirá por medio de su canciller, María Ángela Holguín, ante el presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ante organismos de Naciones Unidas.

En ese sentido, la canciller se reunirá la próxima semana con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, según pudo conocer Efe.

"Colombia es una nación decente, civilizada, democrática, respetuosa de los derechos humanos y de las instancias internacionales, que cree en el diálogo y la diplomacia, ¡y lo seguirá siendo!", subrayó Santos.

Mientras tanto, la frontera sigue cerrada en el paso entre Cúcuta (Colombia) y San Antonio (Venezuela), el de más actividad comercial entre los dos países, sin que se vislumbre una fórmula de acuerdo para la normalización de la relación bilateral.

El presidente panameño, Juan Carlos Varela, cuyo embajador se abstuvo ayer en la OEA de apoyar a Colombia, que contaba con ese voto que habría inclinado la balanza de este lado, afirmó hoy que su país puede ser el escenario de una reunión entre Santos y Maduro para restablecer la normalidad.

Varela dijo haber obtenido una respuesta positiva de su homólogo venezolano ante la posibilidad de esta mediación, pero en su alocución de hoy Santos ni se refirió a esta opción, lo que hace que se presente como poco viable.

Queda además la posibilidad de alguna mediación de la ONU, también poco probable porque para eso las partes tienen que estar de acuerdo, o esperar a que las aguas bajen y el asunto lo resuelvan de manera directa Bogotá y Caracas, como ya ha ocurrido en otras crisis bilaterales.