El grupo yihadista Estado Islámico (EI), que difundió este sábado un vídeo con la decapitación del periodista japonés Kenji Goto, ha asesinado a numerosos rehenes secuestrados, entre ellos a dos periodistas estadounidenses.

Los dos periodistas occidentales asesinados con anterioridad en Siria son los estadounidenses James Foley y Steven Sotloff. Las imágenes de la decapitación del primero fueron hechas públicas el 19 de agosto de 2014, poco tiempo después de una fallida operación de rescate en una localización no concretada.

En el fondo de la grabación divulgada por los terroristas se veía al segundo periodista, Steven Sotloff, mientras pedía a Estados Unidos que cesara sus bombardeos sobre Irak. Sotloff corrió la misma suerte que su colega el 2 de septiembre.

Además de los dos periodistas estadounidenses, un grupo terrorista afín al Estado Islámico anunció el pasado 7 de enero que había asesinado a dos informadores tunecinos, Sofián Churabi y Nadir al Qitari, en Libia.

Al asesinato de los periodistas secuestrados hay que sumar la decapitación de tres trabajadores sociales, los británicos David Haines y Alan Henning y el estadounidense Peter Kassig, y del ciudadano japonés Haruna Yukawa, hace una semana.

Tras asesinar ahora al periodista "freelance" japonés Kenji Goto, el Estado Islámico mantiene en su poder al reportero británico John Cantlie, al que también amenazó con asesinar si no se cumplen sus peticiones.

Los captores han hecho públicos varios vídeos de John Cantlie, el último el 3 de enero de 2015, en los que el fotógrafo, vestido en algunas ocasiones con un mono naranja como el usado por los internos de Guantánamo, critica la política de su país y de EEUU. Se da la circunstancia de que Cantlie había sido ya secuestrado en Irak en julio de 2012 pero fue rescatado una semana después.

Por su parte el rehén japonés ahora muerto fue el encargado de anunciar en un vídeo el 24 de enero de 2015 la ejecución de su compatriota, Haruna Yukawa, y de pedir la liberación de la terrorista Sayida Rishawi, encarcelada en Jordania.

Además del Estado Islámico, la red terrorista internacional Al Qaeda se ha responsabilizado de la muerte de otros periodistas occidentales.

El 6 de diciembre de 2014 murió el reportero gráfico estadounidense Lucas Somers durante una operación conjunta estadounidense-yemení llevada a cabo cuando quedaban menos de 24 horas para que expirase el ultimátum de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), el grupo yihadista que le mantenía como rehén.

Mayor impacto mediático ha tenido el reciente asesinato de ocho periodistas y caricaturistas de la revista satírica francesa "Charlie Hebdo", incluido su director, el 7 de enero pasado por los disparos indiscriminados de dos yihadistas que irrumpieron en la redacción en París, donde mataron en total a doce personas, en una acción reivindicada por Al Qaeda en Yemen en un vídeo divulgado días después de la matanza.