Los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, confirmaron este martes que el presidente de EEUU, Barack Obama, visitará por primera vez en marzo las instituciones comunitarias.

Obama asistirá a la cumbre entre la UE y EEUU que tendrá lugar el 26 de marzo en Bruselas, según confirmaron en un comunicado el Consejo y la Comisión.

Aprovechando su estancia en Bruselas, el presidente de EEUU también tiene previsto visitar el cuartel general de la OTAN y reunirse con su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, informaron fuentes de la embajada estadounidense ante la UE.

La visita a las instituciones de la UE se enmarca dentro del viaje europeo que llevará a Obama, además de a la capital de Bélgica, a Países Bajos e Italia.

Obama visitará Holanda el 24 y 25 de marzo y participará en la cumbre de seguridad nuclear de la que el Gobierno neerlandés es anfitrión.

Se espera que en esa cita los líderes mundiales pongan de manifiesto sus progresos en materia de seguridad nuclear así como su compromiso contra el uso terrorista del material nuclear.

Igualmente, fuentes de la embajada de EEUU señalaron que Obama participará en varios actos oficiales del Gobierno holandés.

Tras su visita a Bruselas, el día 27 de marzo el presidente de EEUU viajará al Vaticano para mantener una audiencia con el Papa Francisco, con quien Obama "comparte su compromiso en la lucha contra la pobreza y la desigualdad", informaron las mismas fuentes.

En su paso por Roma está previsto que Obama se entreviste tanto con el presidente italiano, Giorgio Napolitano, como con el primer ministro de la República, Enrico Letta.

Espionaje

El anuncio de la visita de Obama a Europa se produce poco después de que el Ejecutivo estadounidense anunciara que establecerá nuevas garantías en su espionaje internacional tras el malestar creado entre los europeos por el escándalo de las escuchas de la NSA, la agencia de seguridad de EEUU.

Bruselas y Washington se encuentran además en plenas negociaciones de un acuerdo comercial transatlántico cuyo futuro impacto la Comisión Europea valora en 119.000 millones de euros al año para la economía europea y de 89.000 millones para EEUU.