El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó que no "le temblaría la mano" para cerrar la Embajada de Estados Unidos en La Paz, después de haber expulsado a su embajador, a la agencia antidroga DEA y la agencia de cooperación Usaid.

El mandatario habló del asunto durante un discurso en un acto ante los movimientos sociales e indígenas que le respaldan y en el que le acompañaron los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Nicolás Maduro, en la ciudad boliviana de Cochabamba.

Morales dijo que estudiará los mensajes que ha recibido de sus partidarios para "si fuera necesario, cerrar la Embajada de Estados Unidos en Bolivia", al considerar que este país fue responsable de los problemas que atravesó su avión en Europa el martes.

"No necesitamos Embajada de Estados Unidos en Bolivia. No necesitamos so pretexto de cooperación, de relación diplomática, que vengan a conspirar desde adentro, desde afuera", sostuvo Morales.

"Se ha ido el embajador de Estados Unidos, se ha ido la DEA, seguramente hay (de la) CIA infiltrados por aquí y por allá para hacer espionaje. Ojalá haya mayor madurez. A mi no me temblaría la mano para cerrar la embajada de Estados Unidos", manifestó.

El mandatario boliviano también subrayó que su país está mejor en lo político sin la presencia del embajador norteamericano, en alusión a la expulsión del diplomático Philip Golberg en 2008.

Morales, Correa, Maduro, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y los de Uruguay, José Mujica, y Surinam, Desiré Bouterse, se reúnen este jueves en Cochabamba para analizar el conflicto con la aeronave presidencial del mandatario boliviano.

El avión de Morales, que retornaba el martes de Rusia a Bolivia, no pudo sobrevolar ni aterrizar en algunos países europeos por la sospecha de que a bordo iba el exanalista de la CIA Edward Snowden, reclamado por Estados Unidos por revelar operaciones de espionaje.

Morales ha acusado a Francia, Italia, Portugal y a España de haber puesto trabas a su itinerario por esa sospecha y ha llegado a considerar que fue un trato discriminatorio y un "secuestro" porque no pudo volver a su país según una ruta aprobada previamente.

Los países señalados han dado explicaciones, disculpas o han rechazado, como en el caso de España, que se haya obstaculizado el viaje de Morales, que el miércoles hizo escala en las Islas Canarias, tras permanecer casi 14 horas en Viena, y finalmente pudo volver a su país.

Sin embargo, el gobernante boliviano relató a sus colegas que el incidente con diplomáticos españoles acreditados en Viena consistió en que éstos pretendieron revisar su aeronave presidencial cuando estaba varada en el aeropuerto de la capital austríaca.

La intención, según Morales, tenía que ver con una supuesta desconfianza en su palabra a pesar de que les aseguró que Snowden no se encontraba en la aeronave presidencial.