Una ciudad ucraniana ha sido testigo de un peculiar incidente que a punto ha estado de tener consecuencias fatales. Angela Artyomova se encontraba limpiando los cristales de su casa cuando resbaló y se precipitó al vacío desde un cuarto piso. Milagrosamente, y pese a su avanzada edad, pudo engancharse con la pierna al aparato de aire acondicionado que colgaba de la fachada. Sus gritos alertaron a los viandantes, quienes avisaron inmediatamente a los bomberos. La rápida actuación de los bomberos permitió que la nonagenaria abuela pudiese ser rescatada y devuelta a su domicilio sin sufrir ningún daño.