Al menos quince personas murieron y más de 170 resultaron heridas este domingo en las protestas que tuvieron lugar en la región con motivo del Día de Nakba, en el que los palestinos conmemoran el exilio y la pérdida de sus casas y tierras que supuso la fundación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948.

Los principales enfrentamientos tuvieron lugar en la meseta del Golán, territorio ocupado por Israel a Siria en la Guerra de los Seis Días, de 1967.

Varios cientos de palestinos de campos de refugiados en el sur de Siria cruzaron la línea divisoria para manifestarse en la ciudad drusa de Majdal Shams, en el Golán ocupado por Israel.

"Varios miles llegaron a la frontera, y algunos de ellos consiguieron llegar a Majdal Shams", confirmó el portavoz del Ejército israelí, el general Yoav Mordejai.

Los manifestantes llegaron a la valla fronteriza alrededor de las 13.30 hora local (10.30 GMT) con banderas palestinas y sirias, y cuando la cruzaron a la altura de las "Colina de los Alaridos" -un lugar donde los drusos del Golán ocupado se comunicaban con sus familiares en Siria- fueron recibidos a tiros por los soldados israelíes.

El último balance de víctimas indica que entre 10 y 20 personas fueron alcanzadas por las balas, y entre ellas hay cuatro muertos, según distintas fuentes oficiales y medios regionales.

Debido a que una parte de las víctimas quedaron del lado controlado por Israel, y el otro del lado sirio, hasta ahora es difícil establecer el balance final.

"¡Devolvednos nuestra tierra!"

Los que sí consiguieron adentrarse, varias decenas según el Ejército israelí y unos 150 según el Canal 1 de la televisión israelí, llegaron hasta la Plaza Tahrir (de la Liberación) de Majdal Shams para exigir repetidamente a Israel, con un masivo apoyo de la población drusa local: "¡Devolvednos nuestra tierra, devolvednos nuestra tierra!".

Diez militares israelíes y 3 civiles resultaron heridos en los enfrentamientos en la meseta, donde esta noche quedaban aún unos pocos refugiados pendientes de ser devueltos a Siria.

El Día de la Nakba ("Catástrofe" en árabe) se conmemora todos los años el 15 de mayo para recordar las consecuencias que tuvo para los palestinos la fundación del Estado de Israel en 1948, y exigir el regreso de los más de cuatro millones de refugiados dispersos por el mundo.

"La Nakba es el evento que más define nuestra historia y nuestra lucha", explica Saeb Erekat, ex jefe de negociadores palestinos, en un comunicado.

El acto central de la jornada se celebró a mediodía en Ramala, capital administrativa de Cisjordania, con la participación de unas 10.000 personas y con la novedad este año del ulular de una sirena en señal de luto.

"La gente quiere el fin de la ocupación, como ocurrió en Egipto" y "tiene que acabar la ocupación más larga del mundo", eran algunos de los eslóganes que gritaban los participantes de una concentración que pasó casi desapercibida por la violencia de las conmemoraciones en otras zonas.

En el paso de Qalandia, entre Jerusalén y Ramala, unos 600 palestinos se manifestaron y arrojaron piedras a las fuerzas israelíes, unas imágenes que se repitieron en otros lugares de Cisjordania.

Desde Beirut, el Ejército libanés informó de que al menos 10 personas habían muerto y otras 112 resultaron heridas en la localidad meridional de Marun el Ras, en el límite con Israel, cuando fuerzas israelíes abrieron fuego contra una protesta multitudinaria que se acercó a la frontera delimitada por la ONU.

Durante la manifestación, en la que también participaron ciudadanos libaneses, los participantes arrojaron piedras contra las posiciones israelíes después de haber sobrepasado las barreras colocadas por el Ejército libanés que intentaban impedir los disturbios.

"Disparos selectivos"

El Ejército israelí sostiene que sus fuerzas dispararon "de forma selectiva contra los que trataban de destruir la valla fronteriza", y atribuye una buena parte de las víctimas a disparos de los soldados libaneses.

"Esto es una provocación de Irán y de las organizaciones terroristas con sede en Damasco", dijo a Efe la teniente coronel Avital Leibovich, portavoz de medios extranjeros en el Ejército israelí, al recordar que Teherán "apadrina" al movimiento chií libanés Hizbulá.

En declaraciones a un medio local, un portavoz del contingente internacional de la ONU en la zona, UNIFIL, pidió a todas las partes "el máximo de contención" para que el suceso no desencadene una crisis regional.

La décimo quinta víctima mortal es un palestino que participaba en una manifestación en Gaza, y que también fue repelida por el Ejército israelí cuando una multitud de varios miles de personas se aproximó al paso de Erez y empezó a destruir las instalaciones.

Cerca de 70 palestinos resultaron heridos, informó Adham Abu Selmeya, portavoz de los servicios de emergencia en Gaza.

La jornada transcurrió con mayor calma -36 detenidos- en Jerusalén Este, donde el sábado murió un adolescente palestino por los presuntos disparos de un colono.