Una veintena de eurodiputadas vestidas con traje y corbata se concentraron ayer ante la sede del Consejo Europeo en Bruselas para presentar sus currículos y exigir a los Veintisiete una mayor presencia femenina en los puestos de poder de la Unión.

Hoy los líderes de la UE se reúnen en ese mismo edificio para decidir quiénes serán los próximos presidente permanente y alto representante de la UE, respectivamente, y para los que apenas suenan nombres de mujer.

Con esta acción continuaron las llamadas de atención contra la falta de paridad entre los altos cargos que dirigen las instituciones europeas, después de que ayer amenazaran al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, con vetar a su nuevo Ejecutivo si reduce el número de comisarias.

El equipo actual de Barroso cuenta con ocho mujeres, pero para su nueva Comisión apenas se barajan entre tres y cuatro candidaturas femeninas para ocupar alguna de las carteras.

Entre las manifestantes sólo había una representante española, la portavoz del Bloque Nacionalista Galego, Ana Miranda, que no tendrá escaño hasta 2011, cuando releve al miembro de Esquerra Republicana Oriol Junqueras en el puesto que comparten ERC, BNG y Aralar. Miranda lamentó que la UE "propulse la igualdad, pero no predique con el ejemplo en sus propias instituciones".

"Es una llamada de atención sobre la escasa presencia de mujeres dirigiendo o en la cara visible de la UE", dijo Miranda al recordar que sólo 257 de los 736 escaños de la Eurocámara están ocupados por mujeres y que únicamente tres gobiernos han confirmado a mujeres para formar la nueva Comisión.

La portavoz gallega admitió que será "difícil" tumbar un Ejecutivo comunitario que no cumpliera las expectativas de igualdad si estas eurodiputadas no recaban más apoyos entre los hombres de sus familias políticas y sin las mujeres del Partido Popular Europea no se suman a su reivindicación. Las 'populares' no han dado su apoyo formal a esta plataforma, aunque alguna de sus diputadas sí acudió a título individual al acto de este miércoles.

Por su parte, la eurodiputada alemana verde Rebeca Harms instó a Barroso a "tomar en serio" las exigencias de las mujeres y criticó la falta de transparencia en el seno del Consejo para designar los puestos de presidente permanente y jefe de la diplomacia europea. La reunión de mañana es a su juicio un "mal ejemplo", ya que "decidir todo a puerta cerrada no es la manera de incluir los intereses de la ciudadanía en la política europea".

"La igualdad de derechos significa que las mujeres tengan el derecho a ocupar tantos puestos de liderazgo en la UE como tienen los hombres", insistió Harms. Para ello reclamó a los gobiernos europeos que presenten a Barroso "dos o tres nombres" por país, incluyendo hombres y mujeres, para que el presidente de la Comisión cuente "con la posibilidad real de elegir".

En la misma línea se pronunció la liberal británica Diana Wallis, para quien es necesario que los dos puestos que están por confirmar para dirigir la UE se concedan a mujeres, habida cuenta de que tanto la presidencia de la Comisión Europea como la de la Eurocámara están ya en manos de hombres.

Finalmente la francesa Pervenche Berès, del grupo de los socialistas en el Parlamento Europeo, apuntó que "una sociedad democrática es también una sociedad en la que las mujeres desempeñan funciones de responsabilidad".

Barroso dijo la semana pasada que no podría nombrar a más mujeres si los Estados miembros no las presentan como candidatas, pasando así el balón al tejado de los gobiernos europeos. En opinión de Berès esta reclamación no es excusa y el conservador portugués debería "actuar con responsabilidad" y "rechazar" las propuestas de los Veintisiete si no recibe al menos ocho nombres de mujeres.

El éxito de la demanda de estas eurodiputadas dependerá en gran medida de la "fuerza" de su propia estrategia, por lo que confió en que las representantes femeninas del PPE "entiendan" que necesitan su apoyo.