El dinero juega un papel fundamental en las relaciones de pareja. En contra de lo que se pudiera pensar, las finanzas son una de las principales razones de ruptura, incluso por delante de las infidelidades, según afirma un estudio de la Universidad Estatal de Kansas y de la Universidad Tecnológica de Texas.

Así, a la hora de comenzar una nueva vida en pareja, muchos españoles se plantean abrir una única cuenta conjunta. Otros, prefieren mantener su independencia en este aspecto. Lo que está claro es que el desacuerdo en este punto podría suponer un problema insalvable en esta nueva etapa que comienza.

España registró un total de 69.671 matrimonios en el primer semestre del año pasado y cada uno de ellos tendrá sus preferencias. Coincidiendo con San Valentín, desde Self Bank han recogido las principales ventajas e inconvenientes de cada una de las opciones.

Cuenta conjunta

Compartir una única cuenta corriente en la economía familiar facilita el control de gastos e ingresos además de llevar una gestión centralizada de los mismos, lo que permite comprobar de una manera clara dónde se emplea el dinero.

Además, una única cuenta impediría que un miembro de la pareja se quedase al descubierto mientras al otro le sobra el dinero. Otra de las ventajas está en el ahorro en los costes de mantenimiento de las cuentas.

Sin embargo, el principal inconveniente que presentan las finanzas compartidas es que, en el caso de que la relación se tuerza y se opte por la separación o el divorcio. Además, si en algún momento deseas hacer un regalo a tu pareja, destrozarás el factor sorpresa, a no ser que tengas una cuenta personal aparte.

Cuentas separadas

En el caso de decidirse por mantener cuentas separadas, la principal ventaja es la independencia y la libertad económica que esto permite ya que cada miembro de la pareja, no podrá controlar los gastos del otro.

Además, es una buena opción para evitar problemas en aquellas parejas en las que uno tiene un perfil ahorrador mientras que el otro 'derrocha' con asiduidad, con lo que se consigue que cada uno tenga independencia en sus gastos.

Como puntos negativos, tener dividida la economía familiar puede resultar ineficiente si no existe una buena planificación de los gastos comunes.