Cuando un niño tiene fiebre, una herida con sangre o cualquier otra patología típica de la edad, los padres suelen actuar rápidamente sin tener en cuenta que pueden cometer errores a la hora de atender a su hijo.

Ante esto, y con el fin de enseñar a los padres a actuar en estos casos, la responsable del Servicio de Urgencias Pediátricas del Hospital La Milagrosa de Madrid, Paloma Nacher, ha enumerado los siete errores más comunes que cometen los adultos cuando sus hijos enferman:

1. Llevarlo al colegio. Cuando un niño amanece con fiebre pero sin otro síntoma todavía aparente, resulta bastante común que los padres le administren un antitérmico para bajarle la temperatura pero, aún y todo, lo lleven al colegio. "El niño no debería ir a la escuela porque hay algún motivo que ha desatado la fiebre, que entre otras cosas puede ser contagioso, y es el causante de que no se encuentre en condiciones normales para seguir la rutina escolar y se recomienda que el niño descanse", ha comentado.

2. Darle antibióticos por cuenta propia. Y es que, tal y como ha recordado, estos medicamentos no son eficaces para el tratamiento de los catarros o la tos y, de hecho, están contraindicados para tratar trastornos víricos. Además, al ser fármacos para atacar las bacterias y sus síntomas, si se administran para el constipado común, generalmente provocado por un virus, se puede crear resistencia al antibiótico.

3. Alternar medicamentos. "Muchos padres tienden a alternar medicamentos, normalmente ibuprofeno y paracetamol, para bajar la fiebre de sus pequeños porque con uno solo no lo consiguen. Esta práctica es desaconsejable porque no aporta beneficios y puede llevar a errores con las dosis", ha comentado.

4. Remedios caseros para la fiebre. Tampoco es aconsejable usar paños húmedos, friegas de alcohol y duchas o baños para bajar la fiebre, sino que lo recomendable es mantener al niño sin mucha ni poca ropa y en una habitación con una temperatura normal.

5. Actuar ante posibles reacciones a vacunas. En este caso, la doctora ha rechazado administrar a los menores paracetamol o ibuprofeno tras la vacunación como método de prevención de reacciones febriles o inflamaciones en la zona de inyección. No obstante, sí los ha recomendado si aparecen esos síntomas por la vacuna, pero no antes.

6. Alarmarse ante la tos. "Muchos padres se preocupan cuando oyen a sus hijos toser y optan por administrarles un antitusígeno o un jarabe para la tos, sin tener en cuenta que se trata de una vía por la que el cuerpo intenta eliminar los mocos. Por ello, es preferible que sea el pediatra el que aconseje o recete su uso", ha argumentado Nacher.

7. Postrarlo en la cama. El niño que está enfermo puede quedarse en la cama durante la fase más aguda de la patología, pero ha de estar con el resto de la familia, siempre que la enfermedad no sea muy contagiosa, y en otras dependencias de la casa en el momento en el que se sienta mejor y lo desee, puesto que la inactividad perjudica a los pequeños de la casa.

Finalmente, la doctora ha recordado que el niño "no es un adulto pequeño" y necesita de unos cuidados y tratamientos diferentes a los que pueda necesitar una persona adulta. Por ello, ha aconsejado acudir al especialista ante cualquier duda que se pueda tener respecto al estado de salud del niño, porque será quien ayude a los padres a saber cómo se debe actuar en cada caso.