Por un solo euro, que es el precio de coste, cualquiera de los asistentes a la fiesta de hoy se podrá llevar a su casa una gran cesta de navidad valorada en alrededor de 2.000 euros, en la que no faltarán jamones, quesos, libros, pan, artículos de ferretería, invitaciones a comidas en restaurantes, embutidos, productos de la huerta, bebidas y un sinfín de artículos que los mayordomos han conseguido obtener entre los comercios, particulares y empresas a lo largo de las últimas semanas. Todo ello, en compañía de su familia o amigos, lo podrá degustar y disfrutar el poseedor o poseedora de la papeleta premiada.

La rifa de la monumental cesta se ha convertido en un aliciente más de la fiesta y en una forma de conseguir parte del dinero que los mayordomos invierten en ella además de las necesidades y cuidados tanto de la ermita de la Salud como de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, durante el año. El resto de ingresos que son necesarios para hacer frente a los gastos se obtienen gracias a la labor que desarrolla la cuadrilla, a los bailes de pujas y a la subasta de la tortada.

Lo que hace muchos años empezó como una pequeña cesta navideña se ha convertido, con el paso del tiempo, en una oportunidad única para llevarse a casa el sustento diario durante bastante tiempo.

Junto a la gran tortada de 8 pisos, la cesta constituye uno de los atractivos principales de la fiesta de hoy. «A quién le toque, tiene comida y bebida para rato», suelen decir quienes a lo largo del día pasan por delante del escaparate donde se encuentra expuesta, concretamente, entre una de las entradas a la ermita y el salón aledaño a la misma. Son muchas las cajas de verduras que ofrecen las cooperativas de La Hoya para un acontecimiento tan singular, pero también es cierto que son muchos los jamones que cuelgan de la pared esperando entrar en la casa del afortunado ganador.