Conocen en primera persona lo que es tener ganas de comerse un cordial o un rollo de naranja en estas fechas y no poder hacerlo porque el dulce está elaborado con harina que contiene gluten. No se pueden permitir el pecado tampoco ahora por Navidad. Por eso en la tienda de alimentación Ilusiones la especialidad es la elaboración de dulces (no solo navideños, también para otras ocasiones) libres de gluten. Los celíacos han encontrado aquí un verdadero tesoro ahora que ya tenemos encima la Nochebuena. El producto estrella, nos cuenta la encargada de la tienda, María José Mompeán, es el roscón de Reyes. «El año pasado estuvimos meses haciendo pruebas y no veas los que tiramos a la basura hasta que dimos con la receta que nos convenció. Cuando ahora nos dicen que muchos no celíacos lo encuentran más rico que el con gluten, es una satisfacción que compensa tantos esfuerzos». Pero para llegar hasta degustar el roscón del próximo día de Reyes antes hay que pasar por polvorones y mantecados. Dulces que a buen seguro no van a faltar en ninguna de las cenas familiares que se celebrarán esta noche en toda la Región de Murcia. Además, lo bueno es que en esta tienda para la elaboración de esas delicias son muy fieles al método tradicional, con lo que aplicando la mano artesana a un dulce que requiere mucho mimo gana en calidad. Y eso lo notan ellos cuando lo elaboran y también lo notan mucho sus clientes cuando al final se lo llevan a la boca. Un placer sin gluten que agradecen, y mucho, quienes son celíacos. «Es rara la familia que no tiene un celíaco o un diabético, y en cada cena familiar se piensa en ellos para que puedan comer lo mismo que los demás y no pasen envidia», explica Mompeán. Esa es precisamente una de las razones por las que en estas fechas no dan abasto para atender tantos pedidos. Es la época del año con más carga de trabajo junto a la Semana Santa, cuando también se demandan muchos dulces. Ni siquiera la dura competencia de muffins, cupcakes y demás repostería norteamericana parece hacerles sombra. Aquí nos encanta poder terminar la cena con nuestros cordiales y nuestro vasito de vino dulce o nuestra copita de cava. Y es que el gusto navideño es de lo poco que parece sobrevivir generaciones.