La trayectoria personal y política de Fidel Alejandro Castro Ruz (Birán, Holguín, 1926) se extiende de tal manera que cuando nació su país era una república en manos de oligarcas, pasó después a ser una dictadura protegida por Estados Unidos y ahora es un régimen de inspiración comunista que, tras más de medio siglo de pugna con el país que es emblema del capitalismo, ha logrado reencauzar su relación con él.

La de Castro es una de las biografías más ricas del siglo XX. Si bien su influencia más allá de Cuba nunca logró superar la caída del comunismo soviético, su obra aún pervive como uno de los iconos de los movimientos revolucionarios de la pasada centuria. Castro es visto como un héroe por muchos de los cubanos. Otros muchos, en la isla y fuera de ella, consideran que el suyo no ha sido más que un ejercicio despótico del poder.

Castro nació en el seno de un matrimonio humilde, formado por Ángel Castro Arguiz, un emigrante gallego que logró hacer fortuna en la isla, y Lina Ruz González, descendiente de una familia canaria y que trabajaba en la finca de él. Su educación estuvo marcada por la severidad de su padre y las creencias religiosas de su madre, lo que le llevó a estudiar en diversas instituciones de los jesuitas en Santiago de Cuba y La Habana.

En 1945 ingresó en la Universidad para estudiar Derecho y Ciencias Sociales, un período éste marcado por la efervescencia política de Cuba. En 1947, tomó parte en acciones fallidas para derrocar al dictador Rafael Trujillo y tres años más tarde obtuvo su título universitario en Derecho. Castro iba consolidando poco a poco su ´corpus´ ideológico, un conjunto de ideas que fusionaba a Marx y Lenin con el héroe de la independencia, José Martí y que le impulsarían a tomar parte en 1853 en el asalto del cuartel Moncada.

La revolución

El ataque contra el régimen de Fulgencio Batista, un militar cubano que actuaba con la protección de EEUU, no logró su propósito. Castro fue encarcelado, pero en 1955, con la influencia de su madre, que tenía acceso directo a la primera dama cubano, fue indultado.

Fidel Castro entra en la La Habana

Sin embargo, en 1959 la Revolución triunfa y Castro hace su entrada triunfal en La Habana acompañado de su hermano Raúl y Ernesto ´Ché´ Guevara. A partir de ahí, comienza el gobierno del Partido Comunista, el único permitido en la isla desde entonces. Las expropiaciones a bienes, tierras y empresas gestionadas por estadounidenses le enfrenta a Washington, que decreta el bloqueo sobre la isla. El embargo marcará la vida de los cubanos y llevará al castrismo a fortalecer sus vínculos con la URSS.

De ahí en adelante, llegan acontecimientos que asientan el poder de Castro. La fallida invasión de Bahía de Cochinos por parte de exiliados cubanos apoyados por EEUU y la crisis de los misiles permiten a Castro mantener el ´statu quo´ sobre la isla. Washington seguirá buscando su derrocamiento, pero con menor ahínco. Moscú convierte a La Habana en socio estratégico.

Paralelamente, la imagen internacional de Castro como inspirador de movimientos revolucionarios en países en vías de desarrollo, como los denominados ´no alineados´ en los años 60 y 70, le ayuda a consolidar su figura, convertida ya en icónica.

De puertas adentro, sin embargo, surgen las primeras voces críticas con su gestión. Disidencias que serán reprimidas de forma contundente y que llevan a muchos cubanos a exiliarse en Miami. Sus partidarios alaban el fortalecimiento de la economía cubana y el desarrollo de la educación y la sanidad; sus detractores critican las vulneraciones de derechos humanos y la falta de democracia y libertades en un país donde el Partido Comunista, a través de los Comités de Defensa de la Revolución, se apoya en sus propios ciudadanos para delatar y arrinconar a quien no participe de los idearios castristas.

Fidel Castro y Nikita Jrushchov

La caída de la Unión Soviética en 1991 llevó al colapso a la economía cubana, que tardó años en salir de la crisis. Castro, cada vez más debilitado físicamente, cedió el liderazgo a su hermano Raúl en 2006. Un período, el actual, en el que el restablecimiento de relaciones con EEUU se concibe como un paso en lo que los expertos han venido a denominar una transición de Cuba al modelo chino: apertura económica sin dejar de controlar los resortes políticos.

Más allá de la biografía política, Castro era definido por quienes le conocían como un trabajador incansable, capaz de reunir a sus colaboradores a altas horas de la noche. Conversar y debatir eran dos de sus pasiones, como remarcó su amigo Gabriel García Márquez. Otras voces, como la de su ex guardaespaldas Juan Reynaldo Sánchez, le señalaron como un amante del lujo que ha privado a su pueblo de muchas necesidades básicas.