El FC Cartagena volvió a ganar en el estadio Cartagonova después de un mes y medio sin probar las mieles del triunfo y lo hizo ante un Melilla que, como el resto de contrincantes con los que se ve la cara en casa, le puso en muchos aprietos, tantos que el partido no se decantó hasta los instantes finales y gracias a la astucia e inteligencia de Florian, el que siempre saca las castañas del fuego.

El equipo dirigido por Pato se atenaza cada vez que juega en su campo. Lejos de convertirse en un bloque dominador -es líder destacado de la categoría-, le entran los miedos, la presión y la ansiedad. Algunas veces se duda incluso qué sistema es el que pretende emplear el entrenador para sacar los encuentros adelante. Ayer el bloque albinegro aburrió a su parroquia, hasta el punto de que se escucharon algunos pitos por la incapacidad de los futbolistas por revertir una situación que se antojaba, cada minuto que pasaba, más difícil de resolver a su favor.

El preparador decidió dar entrada al mismo once de inicio que ganó la semana anterior. Perona se quedó en el banquillo y Akinsola ocupó el carril derecho, mientras que Cañadas actuó de media punta. Atrás, Juanma volvió a ser el meta titular, mientras que Rueda parece que se haya asentado en la defensa. Mariano Sánchez fue la pareja de Marcos Rodríguez.

Pero las sensaciones que ofreció ayer el FC Cartagena fueron muy parecidas a cuando perdía frente al Arroyo o empataba ante el San Roque de Lepe. El juego fue demasiado plano, impreciso, a empujones y escaso de mordiente. Akinsola se perdía al caer a un costado, no tiene profundidad, es veloz, pero no para correr, driblar y centrar. No es lo suyo.

Cañadas puso todo el empeño del mundo por gestionar la pelota en los tres cuartos de cancha, pero su juego es de pausa y centro, algo que no le está permitido en una posición donde prima la rapidez y el primer toque. De esta manera Florian se tiró 80 minutos peleándose con la pareja de centrales de la UD Melilla, con un saldo negativo, porque se llevó por todos lados bajo la permisividad aplicada por el colegiado andaluz López Amaya.

El centro del campo del conjunto albinegro -ayer, con la nueva elástica-, sigue siendo el que más dolores de cabeza produce a los seguidores. Mariano Sánchez ha regresado y se ha convertido en titular indiscutible, por lo que el sacrificado fue Diego Segura de nuevo. El capitán abarca mucho espacio y libera de trabajo a los compañeros que tiene a su lado. Sin embargo, Marcos Rodríguez no se aprovecha de esta tesitura para ser más vertical, jugar un poco más adelantado y ofrecerse con más asiduidad para dar el último pase. El exjugador del Tenerife sigue sin demostrar el porqué fue fichado como una de la grandes apuestas de esta temporada.

Demasiado horizontal, arriesga poco y llega tarde, por lo que su aportación suele ser escasa, y por tanto, su equipo adolece de creatividad, pero, sobre todo, de verticalidad.

El tesón de Florian no falla. Gracias a que anduvo listo al ´robarle´ la cartera a la defensa en un despiste de la zaga y el portero visitante, el FC Cartagena abrió la lata de un muy bien posicionado Melilla, que hasta entonces -es decir, 84 minutos-, no había pasado demasiadas dificultades en defensa. El galo logró colarse entre medias del meta y el defensa para encarrilar un difícil encuentro. Los surafricanos se habían crecido tras el descanso. Apretaban en el medio campo, evitaban que los albinegros consiguieran dar dos pases seguidos y superaban en efectivos a los locales cuando se disponían a atacar.

Es cierto que aunque superaban al FC Cartagena en algunas fases del choque, su llegada era escasa. Eso sí, hicieron emplearse a fondo a Juanma en, al menos, un par de oportunidades. El portero envió a córner un gran lanzamiento desde la frontal del área de Nacho Aznar en el minuto 60.

El FC Cartagena había agotado sus recursos con un lanzamiento duro y cruzado de Navarro (5´), una falta botada por Cañadas (36´), un duro disparo cruzado de Marcos Rodríguez que repelía Munir (41´) y un taconazo de Florian (77´).

Con los cambios -la entrada de Tonino y Perona por el FC Cartagena y la marcha de Velasco por el Melilla-, el partido cambió. El conjunto albinegro conseguía adelantarse en el marcador y el Melilla desarmaba su juego al abandonar el campo el jugador más incisivo hasta entonces.

El tanto provocó que los melillenses descuidaran la defensa y en el tiempo de prolongación Perona aprovechó una contra para centrar suavemente al segundo palo donde Tonino esperaba para anotar de cabeza. El FC Cartagena suma y sigue, pero no convence.