«La terapia ocupacional es una disciplina sociosanitaria que evalúa las capacidades físicas, psíquicas, sensoriales y sociales de la persona para desempeñar las actividades de la vida cotidiana, e interviene cuando dicha capacidad está en riesgo o dañada por cualquier causa». Son palabras pronunciadas por Isabel María García Fernandez-Caro, presidenta del colegio oficial que vela por los intereses de su profesión en la Región.

Los encargados de llevar a cabo esta actividad lo hacen con «el entorno para definir junto a la persona la mejor forma de adquirir el conocimiento, las destrezas y actitudes necesarias para desarrollar las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración en todas las áreas de su vida». Como decorado, los profesionales en la materia disponen del respaldo del Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales, que cuenta con personalidad jurídica propia y plena capacidad para obrar y tiene como finalidad la defensa de la colectividad y del interés público en relación con el ejercicio profesional.

Los objetivos que persigue esta institución, que sirve como referencia para todos los profesionales de la comunidad -así como para aquellas instituciones, asociaciones, particulares e interesados en conocer más sobre esta disciplina-, están muy definidos y se apoyan en las siguientes necesidades: ordenar el ejercicio de la profesión, representar y defender los intereses generales de la misma y de los colegiados, y promocionar y fomentar el progreso de la terapia ocupacional.

«Los terapeutas ocupacionales poseen una formación extensa que les proporciona las habilidades y los conocimientos para trabajar con aquellos individuos o grupos de población que sufren la afectación de una estructura corporal o función, debido a algún cambio de salud y que, por tanto, hace que experimente limitaciones en su participación», añade la Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WFOT).