Son muchos los que sostienen que, en realidad, empezamos a aprender cuando nacemos. De hecho, durante los primeros años de vida, es cuando el cerebro se comporta como una esponja que lo absorbe todo. De aquí que se debe aprovechar para estimularlo desde temprana edad. El aprendizaje en edad temprana promoverá el desarrollo del niño y la niña, incitando su formación motora, social e intelectual.

Está demostrado desde diferentes ámbitos que el desarrollo de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social en los seres humanos ocurre más rápidamente durante los primeros años. Esto solo, debería ser suficiente para que cualquier persona se empeñara en comenzar la educación de los hijos en los primeros años de vida.

La educación en la primera infancia es muy importante para el desarrollo mental del niño y del adolescente y, por este motivo, la tendencia mundial es lograr una estimulación con fines didácticos, cada vez más temprana en los niños.

La primera infancia es la edad donde la persona se enfrenta a sus primeros contactos comunicativos con el mundo a través de sus sentidos, por eso, es cuando el niño experimenta sus primeras sensaciones.

La etapa escolar es un período de gran importancia porque en este período se realizan los primeros aprendizajes: El niño aprende, desarrolla y ejercita destrezas de tipo cognitivas, afectivas, sociales y motrices. Estas destrezas continuarán desarrollándose a partir de estudios superiores y que se aplicarán en la vida diaria.

Una importante elección

Por todo lo anterior, los padres se toman muy en serio el momento en el que tienen que decidir en qué centro educativo confiar la formación de sus hijos desde las primeras etapas.

Son muchos y variados los factores que hay que tener en cuenta al decidir por un colegio. Los centros realizan jornadas de puertas abiertas para dar a conocer su oferta educativa.

Colegios buenos los hay y muchos, pero debemos elegir aquél que se adapte, en primer lugar a las necesidades concretas que tiene el niño y, en segunda instancia, a las de la familia.

Hay que tener en cuenta que los niños pasarán un largo periodo educativo en el centro que se elija, puede decirse que desde los 3 hasta los 17 o 18 años, un dato que nos debe obligar a establecer una serie de prioridades a la hora de acertar con la elección más adecuada.

Entre los factores claves que se tienen en cuentan en este proceso se encuentran aspectos como el nivel académico del centro. Es muy importante conocer si el mismo cuenta con algún certificado de calidad. Además, el colegio debe poner a disposición de los padres los resultados de los alumnos en las pruebas de Selectividad o en las de conocimientos que realiza cada Comunidad en 6º de Primaria.

También es fundamental el proyecto educativo. Estudiar el modelo de aprendizaje que utiliza el colegio en cuestión, si tienen orientación psicopedagógica, clases de refuerzo... y si posee otros puntos fuertes como formación musical, nuevas tecnologías, deportes, oratoria... son aspectos que los padres también deben tener en consideración.

Los idiomas se han convertido en un elemento muy a tener en cuenta, ya que está comprobado que cuanto antes empiecen los niños a aprender un segundo idioma más fácil les resultará ser bilingües.

Por último, aunque hay más, aspectos como, por ejemplo, la ratio de alumnos por clase, la distancia al centro o la realización de actividades extraescolares son muy valorados.

Lo mejor es visitar el centro en cuestión e informarse de forma pormenorizada de todo lo que ofrece, antes de elegir.

Aprender idiomas, algo a iniciar desde los primeros años

Otro aspecto en el que también están de acuerdo los expertos es en lo adecuado que resulta comenzar el aprendizaje de idiomas en los primeros años. Es un factor que asegura, mínimamente, el bilingüismo en los niños y niñas.

El bilingüismo no sólo mejora la atención, sino que sirve de entrenamiento mental y ayuda a ejercitar la memoria de los pequeños. Los especialistas destacan cómo en este periodo inicial de la vida se generan más conexiones neuronales en el cerebro del niño y, por lo tanto, están receptivos a todo tipo de experiencias y aprendizajes.

Está comprobado que aprender idiomas reporta muchos beneficios a las personas, y si se aprende desde niño, mejor. Vivimos en un mundo globalizado y no nos podemos conformar con conocer sólo el idioma de nuestro país. El mercado de trabajo es global. Y cada vez parece que lo será más. Las oportunidades futura de trabajo pueden provenir de cualquier país. Saber inglés es fundamental para estar preparado.

Aprender idiomas puede ser divertido para los niños y niñas. Después les permitirá conocer gente de otros países, conocer palabras nuevas y viajar al extranjero. Una de las mejores experiencias que pueden conseguir es hacer amigos de otros países.

Todo esto, además, les hará tener una mente más abierta y comprensiva respecto a otras culturas diferentes y, por tanto, personas más tolerantes