La campaña electoral en la Región transcurría con normalidad, pero comenzó a enfurruñarse tras el debate entre los candidatos de PP y PSOE y, sobre todo, desde la agresión que sufrió el presidente del Gobierno y candidato del Partido Popular a la reelección, Mariano Rajoy. Y todo por un polémico tuit del presidente de la Comunidad desde su cuenta oficial en la red social Twitter (@PedroAntonio_RM) en el que señalaba lo siguiente: «El puño que golpeó a Rajoy está lanzado desde los que provocan y agreden cada día con declaraciones e insultos y hoy tampoco pedirán perdón», señalaba el jefe del Ejecutivo regional sobre las diez de la noche de ayer.

El comentario generó decenas de respuestas de distintos usuarios, la mayoría interpretando que el presidente de todos los murcianos intentaba hacer uso político del incidente y reprochándoselo. El secretario de Comunicación y diputado regional del PSOE, Emilio Ivars, incluso avisaba vía Twitter a los medios nacionales de lo que había escrito Sánchez. Ivars solicitó al jefe del Ejecutivo murciano que pidiera disculpas públicas.

La respuesta del presidente regional recuerda a la respuesta que dio su antecesor Ramón Luis Valcárcel cuando el exconsejero Pedro Alberto Cruz sufrió una agresión en plena calle. Valcárcel habló entonces de «la izquierda poliédrica», ante un incidente que más de cuatro años después continúa sin resolverse. A Pedro Antonio Sánchez le siguió el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea, Víctor Martínez, quien afirmó que la agresión que sufrió Mariano Rajoy en Pontevedra era fruto «de la escalada verbal» que se ha producido durante toda la campaña electoral. Para Víctor Martínez, muchas formaciones han basado la campaña «en insultos y descalificaciones y eso, cuando llega a oídos de descerebrados provocan lo que pasó en Pontevedra, una agresión a la razón, al sentido común, a la democracia y al más de los elementales respetos que tenemos que tener por la diferenciación política».

Las palabras de los dirigentes populares murcianos contrastan con la reacción que el propio presidente del Gobierno ha tenido ante el suceso. Rajoy ni siquiera tiene intención de denunciar al joven de 17 años que le propinó un puñetazo en plena calle durante un acto electoral en Pontevedra, precisamente la tierra del jefe del Ejecutivo. Rajoy declaró ayer durante un acto en Barcelona que no hay que darle al incidente «más importancia de la que tiene», porque España es un pueblo «civilizado, tranquilo y moderado», negando cualquier vinculación política con el hecho.

Por su parte, el cabeza de lista de Podemos al Congreso de los Diputados por la Región de Murcia, Javier Sánchez Serna, calificó de «irresponsabilidad» que el presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, «quiera equiparar un acto puntual responsabilidad» de quien agredió este pasado miércoles al candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, «con el clima de la campaña».

Javier Sánchez Serna reiteró su «condena absoluta» porque, en democracia, «la violencia nunca tiene justificación». De hecho, el candidato de Podemos recordó que, en cuanto se enteró, Pablo Iglesias llamó a Mariano Rajoy para interesarse por su estado.