Mar Hernández es alcaldesa de Librilla desde las pasadas elecciones municipales, a las que concurrió al frente de una candidatura independiente. Una de sus principales preocupaciones en estos momentos son las deficiencias del colegio público, con unas condiciones que califica de tercermundistas. Esta necesidad básica la ha trasmitido varias veces al Gobierno regional y hace un par de meses incluso informó de la disponibilidad de los terrenos en el pueblo, que es lo que tiene que aportar por obligación el Ayuntamiento para la construcción del nuevo centro. De momento sigue sin tener respuesta por parte de la consejera del ramo, quizás por culpa de la no aprobación en la Asamblea, «por culpa del tripartito», del techo de gasto presentando por el Ejecutivo de PAS, o porque, como la consejera María Dolores Sánchez Mora ha sido vicerrectora de la Universidad de Murcia, esté más acostumbrada a los problemas de los alumnos con la selectividad aprobada que a los de los críos y profesores de un colegio rural.

Librilla es un pequeño municipio de la Región donde en los tiempos de vacas gordas, con los populares al frente, se realizaron importantes obras a bombo y platillo, incluido auditorio y moderna guardería. Aquellas alegrías terminaron con el entonces alcalde y el primer teniente alcalde durmiendo en los calabozos, dentro del proceso judicial abierto conocido como Operación Biblioteca.

En estas importantes elecciones generales, plurales y abiertas, que se califican de Segunda Transición, las preocupaciones de la alcaldesa independiente de un pequeño Ayuntamiento del Sureste español por el colegio de su pueblo podrían englosar la carpeta de asuntos menores o domésticos, como los autónomos, los parados, los jóvenes emigrantes o los expulsados del sistema.

Aquí y ahora parece que a los grandes partidos les importa más el qué dirán, por la encuestas; o las formas y algún calificativo rebuscado en un acto público, con las televisiones de testigos. Y tampoco es cuestión de opinar aquí sobre el gran debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, o en el anterior a cuatro con Rivera, Iglesias y la vicepresidente Soraya de recambio, porque los espectadores, que lo disfrutaron o sufrieron, son muy libres de sacar sus propias conclusiones.

Mar Hernández, ademas de su interés por los resultados del 20D, mantiene en su agenda como tema prioritario para el día después y para el tiempo que haga falta, el nuevo colegio para Librilla.