José Julio Rodríguez (Orense, 1948), jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) en la época de Zapatero, fichaje estrella de Podemos destituido recientemente por el Consejo de Ministros por considerar que había perdido la confianza depositada en él, lleva con orgullo el ser el número dos de la candidatura podemita por Zaragoza para el 20D tras haber cambiado con naturalidad las armas por el morado, el color de su partido, y la milicia por la política, para luchar de otra manera por la patria. Amable, prudente y sin una palabra más alta que otra, Rodríguez se siente como pez en el agua en plena campaña electoral.

¿Qué le convenció para incorporarse a las listas de Podemos?

No fue una decisión de un momento, sino un proceso tras sentirme desilusionado por los momentos cruciales que vive el país. Estuve documentándome sobre Podemos y su programa y un día me hicieron la oferta de unirme a su proyecto.

¿Qué pensó entonces?

Me quedé muy sorprendido, me lo pensé y acepté porque me di cuenta de que era una oferta de cambio, distinta a la de los partidos tradicionales. Podemos representa el momento del cambio y de la ilusión que los ciudadanos habían perdido en la política.

¿Qué recuerdo tiene como militar del proceso a sus compañeros de la Unión Militar Democrática al final del franquismo?

Era un momento marcado por la pre-democracia y la aparición de la UMD fue un aldabonazo. Yo no participé en ese proyecto aunque simpatizaba con ellos. Querían una democracia y una Constitución y cuando se lograron estos objetivos, la UMD desapareció.

¿Cómo fue su colaboración como jefe del Estado Mayor de la Defensa con el rey Juan Carlos?

Mantuve una relación cordial porque él es una persona muy afable. Fue un gran gestor durante un momento crucial de la historia de España y a lo largo de su vida un gran jefe de Estado.

¿Enturbiado por los últimos años de su reinado?

No seré yo el que juzgue los últimos momentos de un reinado tan largo.

¿Puede ser un exJemad un antisistema?

No soy un antisistema. Estar en Podemos es una opción de cambio, legal y patriótica porque lo que queremos es estar con todo tipo de gente a la que queremos defender.

¿Cómo valora la transición democrática en España, tan cuestionada por Pablo Iglesias?

Durante la transición se hizo lo que se pudo teniendo en cuenta que veníamos de una dictadura muy larga y con una ideología muy acentuada. Lo que se hizo en aquellos momentos fue correcto, pero lo que ya no me parece tan correcto es lo que ha sucedido durante las dos últimas décadas en las que se evolucionó hacia una anestesia total que provocó que los políticos se alejasen de la sociedad.

¿Pone en peligro la unidad española el proceso secesionista que lidera Artur Mas?

Lo que propugnamos en Podemos es la unidad de España, pero como además somos demócratas, defendemos el derecho a decidir de los catalanes. Los que más queremos que Cataluña se quede en España somos los de Podemos.

¿Cómo interpreta el mandato constitucional por el que las Fuerzas Armadas son las encargadas de garantizar la soberanía e independencia de España así como de defender su integridad territorial?

La Constitución garantiza la supremacía del poder civil sobre el militar. Ese es el artículo con el que habría que complementar ese mandato del que me habla. La unidad de España es responsabilidad de los políticos, no de las Fuerzas Armadas.

Podría haberse afiliado al PSOE en vez de a Podemos€

El proyecto que me gustó fue el de Podemos y me hizo mucha ilusión que gente joven como esta me invitase a unirme a esta aventura.

¿Lo pasa mal con tanta crítica?

No, la verdad es que ya tengo una larga experiencia vital. Lo que me sorprende y mucho son ciertas reacciones viscerales que pensaba que ya habían desaparecido.

¿Cuántas veces le han llamado traidor desde las Fuerzas Armadas?

A la cara, nadie.

¿Cómo ha encajado la invitación de otro teniente general en la reserva, Emilio Recuenco, a «pensar en la posibilidad de poner entre sus dientes la bocacha de un Cetme»?

Él ha negado haber escrito esa carta que clasifico en las de corte visceral incomprensible.

¿Qué reformas habría que aplicar para que no salgan de las academias militares opiniones así?

La visceralidad no está solo en las academias militares o en las Fuerzas Armadas. Hay un sector de la sociedad española muy intolerante. Hay mentes militarizadas, en el peor sentido de la palabra, dentro de la sociedad civil.

¿Le ve sentido hoy a la monarquía en España?

Cualquier demócrata prefiere elegir a su jefe de Estado.

¿Tiene sentido tener un ejército para misiones de paz?

Las Fuerzas Armadas tienen una misión defensiva, no ofensiva. No se puede utilizarlas ahora como arma arrojadiza para hacer política porque eso demuestra que la política ha fracasado.

¿Debería España abandonar la OTAN?

Lo que habría que promover es una defensa integral europea y eso es, de nuevo, competencia de los políticos que tienen que consensuar sus estrategias defensivas y sus intereses comunes siempre con los países más cercanos. España y Europa necesitan más peso en la OTAN y eso se logra con un ejército europeo.

¿Se considera usted un pacifista como el número uno de su candidatura, Pedro Arrojo?

Me considero un pacifista. Y no es ninguna contradicción. Los militares como buenos conocedores de los desastres que produce la guerra, somos y debemos ser los primeros interesados en evitarla. La intervención militar es la última herramienta que debe utilizar un político para resolver un conflicto. La empatía entre Pedro Arrojo yo demuestra la fortaleza de la candidatura de Podemos y habla del momento político actual. Solo en momentos históricos de cambio, gente tan diferente trabaja junta para poner en marcha ideas de sentido común: combatir la desigualdad y la pobreza, reactivar la economía para crear empleo y luchar contra la corrupción para tener un país decente. Necesitamos un país nuevo que solo haremos entre todos.

¿Por qué tipo de España apuesta usted?

Quiero una España más feliz.