Los resultados de las elecciones autonómicas y municipales en la Región de Murcia no han sorprendido a la sociedad murciana. Se veía venir el fin de la hegemonía del Partido Popular y el inicio de una nueva política de acuerdos o pactos entre varios partidos, aseguran los consultados por esta Redacción. Esas son las dos principales conclusiones, a la vez que el deseo de todos de que tanto desde los partidos emergentes como desde los ´habituales´ se demuestre que han entendido el mensaje de las urnas y sean capaces de trabajar por la ciudadanía murciana.

«No nos conviene que se repitan experiencias como la de Andalucía», indican desde el mundo empresarial, en referencia a la situación de la presidenta electa, la socialista Susana Díaz, que aún espera que los partidos de la oposición se abstengan para poder ser votada presidenta de la Junta. Así lleva desde el pasado 22 de marzo. Sólo una prueba de madurez puede evitar que «los inversores» se pongan más nerviosos de la cuenta, apuntan.

Otros de los consultados consideran que el batacazo Popular habría sido mayor si en la Región hubiera una circunscripción única, como ocurre en Madrid, o que a los populares de Murcia les ha pasado factura las políticas nacionales.

También coinciden en que se ha iniciado una nueva era, dejando atrás el bipartidismo «rotatorio» entre el PP y el PSOE, lo que puede impulsar las políticas sociales y del Bienestar y dejar aparcadas las de los recortes. «Los errores cometidos pueden enmendarse», dicen.

Los hay también que opinan que pese a ser una etapa ilusionante, «la de los pactos tras tantas mayorías», lo cierto es que habrá «tensiones» entre los partidos hasta que no pasen las elecciones generales previstas, según el calendario electoral, para el mes de noviembre próximo. «Hasta entonces los acuerdos claros no serán sencillos», apuntan.

Desde el mundo de la Cultura no esperan grandes cambios, y desde el del Medio Ambiente confían en que el diálogo que se impone frene los «graves problemas ambientales» que tiene la Región y combata las «corruptelas».

Para el mundo agrícola, pendiente sobre todo de los vaivenes de los mercados nacionales e internacionales, es bueno el nuevo ciclo político que ahora comienza, que «debe traer nuevos aires a nuestro sector».