Como ya estamos acostumbrados, la lectura de los resultados electorales termina siendo un vericueto dialéctico donde todos salen casi siempre ganando. Los partidos que llevan a sus espaldas una larga historia tienen un asidero continuo el que compararse, para bien o para mal, con resultados pasados. Ciudadanos, en cambio, no tiene esos referentes. Tras decidir en diciembre concurrir a las elecciones de antes de ayer a nivel nacional y con pocos antecedentes, como el caso de Molina de Segura, hemos pasado de la nada a tener cuatro puestos en la Asamblea Regional y hemos logrado entrar en treinta Ayuntamientos, donde 64 concejales traerá una nueva forma de hacer política y serán claves para garantizar el buen gobierno.

Muchos se preguntan por qué Ciudadanos se ha terminado convirtiendo en el centro del debate político. Para mí la respuesta es muy clara: porque somos el partido de la esperanza, de los que creían que las cosas no podían cambiar y, hasta ahora, no veían alternativa. Aquellos a los que nos duele la Región de Murcia, como le dolía España a Unamuno. Una tierra querida pero maltratada por la corrupción y la ineficiencia, que está perdiendo uno tras otro los trenes de la historia. Para ellos somos una alternativa real de cambio, tras muchos años de inmovilismo que han creado indiferencia ante lo injustificable y un desapego preocupante hacia la política. Por eso se nos teme tanto.

Llevar el mensaje a la sociedad murciana de que todo eso se podía cambiar, en solo seis meses, es una heroicidad que muchos recordarán en el futuro y que solo se explica por la fuerza de las ideas y el altruismo de un puñado de militantes y candidatos que han hecho equilibrios en las alturas sin ninguna red que les proteja.

Ciudadanos ha hecho de su necesidad virtud. Ha dado la cara en un campaña sin el más mínimo dispendio y sin miedo a decir lo que pensamos, evitando caer en los clásicos postureos de campaña. Un decano, de los muchos colegios profesionales con los que nos hemos reunido, me comentaba agradecido en plena campaña que habíamos sido la primera formación que claramente se comprometía a reunirse periódicamente con ellos tras la elecciones; harto como estaba de recibir políticos campaña tras campaña para hacerse la foto. El resultado de tanto mensaje hueco es que los programas electorales no han venido sirviendo para nada; nadie los audita y terminan repitiéndose elección tras elección.

Hemos pecado también de ingenuos. Hemos intentado hacer frente a los grandes partidos sin su parafernalia y su infraestructura. Hemos enfrentado la campaña sin apenas medios y sin llegar al extraordinario despliegue de apoderados e interventores, publicistas y encuestadores que muestran los dos grandes partidos de la vieja política. No habrán visto muchos carteles nuestros ni publicidad en los medios. Ni siquiera hemos podido evitar que un buen número de votantes confundieran nuestras papeletas con la de otros partidos de similar nomenclatura. Nos ha faltado algo de tiempo. Pero hemos tomado buena nota de cara al futuro.

El resultado a nivel regional nos parece sorprendente, en esas condiciones, pero no puedo dejar de mencionar que cada diputado le ha costado al Partido Popular 10.748 votos y 11.654 al PSOE, en tanto que Ciudadanos ha tenido que sumar de media 19.764 sufragios por cada escaño. Otro panorama cantaría con una lógica ley de distrito único, evidente para una región uni-provincial como la nuestra, en la que un voto valiera lo mismo en cualquier parte de la Comunidad Autónoma. Habrá, sin duda que plantearse reformar la Ley Electoral.

Independientemente de todo eso, Ciudadanos ha venido para quedarse. No me cabe duda de que los electores han tenido claro qué significa la palabra regeneración en nuestra boca. Sobre todo cuando ese discurso viene de políticos no profesionales, que han estado dando la cara continuamente por su legitimidad y su nombre en sus respectivas profesiones. La idea de llevar ese concepto a la política no dudamos que calará entre los murcianos. Nuestro aval lo conseguiremos cuando los ciudadanos vean en nosotros posturas coherentes en Ayuntamientos y en la Asamblea. No dudo que estos resultados serán la palanca para unos resultados aún mayores en las próximas elecciones. No les vamos a defraudar.