Acercarte a este rincón es casi contemplar un bodegón salido del pincel de cualquiera de nuestros pintores, «rezuma orgullo de ser murciano». En la esquina superior derecha, el homenaje a la mujer, del escultor Antonio Campillo; a su lado, un cuadro regalo del pintor Pedro Cano, de su periodo en Nueva York: «La amistad con Pedro viene de años, desde que era médico de su madre en Blanca. Significa la pintura más internacional hecha por un blanqueño». Las fiestas cobran en Rafael un sentimiento especiall: «La figura de Ceyt-Abu Ceyt, son más de treinta años de festero en Caravaca. Y el día del Bando de la Huerta. En la imagen estoy con Inma, mi mujer». Cuando habla de Inma le faltan palabras, es fundamental, no en vano posa abrazado fuertemente a ella (en la imagen): «Nos hicimos novios con 13 años. Inma es un ejemplo de constancia, de compartir mi vida y mis ideales. Es mi motor vital».

Recarga pilas viajando: «Ahí estoy en Pisa. Destacaría París, la ciudad perfecta: su majestuosidad, su espíritu bohemio, la cultura, el Sena€». Lector empedernido, tiene pendientes el último de María Dueñas y el de Julia Navarro: «Tanto por mi labor de médico como por mi profesión de político procuro actualizarme diariamente, seguir formándome. Recomiendo unos ensayos: Reinvención de la política, de Diego Beas; Educación pública y socialismo, de Luis Gómez Llorente y Después de la crisis, de Manuel Castells».

El cine: «Me fascinó el personaje del profesor Juan Carrión de Vivir es fácil con los ojos cerrados. Ese contacto directo con la gente, los compañeros del viaje de la vida. La búsqueda». Y es un enamorado del vino de la tierra: «Una botella de Juan Gil. Siempre que viajo pido vinos murcianos. Afortunadamente, cada vez es más común encontrar nuestros vinos en restaurantes, por ejemplo, de Madrid. Soy un embajador de nuestras denominaciones de origen». Y la rosa: «Es una rosa de papel hecha por militantes del partido. La grandeza, la militancia de todos los compañeros y compañeras. La militancia activa».

Pero son esas pequeñas cosas, que cantaba Serrat, las que le ayudan a arrancar: «La familia. Mi nieto Rafa. Es cierto que algo te cambia con la llegada de un nieto, es un estatus diferente, un empujón de alegría». De fondo suenan Serrat y Sabina: «Es la banda sonora original de mi vida. Cada canción, cada letra, podría definir un momento especial», cuenta. Le recuerdo unos versos de Joaquín Sabina: Igual que a ti, igual que a mí/ el porvenir los aplastaba/ pero cerraban al dormir/los ojos y se lo inventaban: «El que pierde la capacidad de soñar pierde la capacidad de vivir. No se debe perder la utopía, el soñar, pero con la idea de hacer, de llevar a cabo. Patxi López decía que si llegamos a saber que era imposible no lo habríamos hecho. Hay que soñar pero sin perder la capacidad de actuar. Siempre he sido un defensor del cambio, de no conformarse. Mi preocupación es cambiar para mejorar. Todo tiene capacidad de mejora».

Y la música sigue al fondo. ¿A qué suena el futuro de la Región? «Suena a esperanza», dice.