Se acaba la campaña electoral y muchos se preguntan por qué ésta ha sido tan diferente a las anteriores. En realidad, ha sido la primera vez en varias décadas en la que ha habido una campaña real, con alternativas reales y en la que, creo, hay opciones en las que cualquier ciudadano se puede sentir identificado. Mucho votante que perdió la ilusión por el cambio encuentra, por primera vez en mucho tiempo, la ilusión porque su voto sirva para cambiar las cosas. Algunos lo tienen muy claro y otros son una legión de supuestos indecisos a los que el hartazgo les ha llevado al desencanto y que ahora ven que nada es imposible.

Lo cierto es que muchos tenemos la sensación de que estamos ante un momento histórico, en el que volvemos a jugarnos mucho. Una auténtica segunda transición en nuestro país, a la que todos estamos llamados a participar. Dice el diccionario de la RAE, entre otras acepciones, que ciudadanos se define como "habitante de las ciudades antiguas o de estados modernos que como sujeto de derechos políticos y que interviene ejercitándolos, en el gobierno del país". Esa maravillosa definición nos saca de la simple masa y nos convierte en entidades plenas de derechos y obligaciones y nos permite gobernar nuestras vidas a través de las instituciones. Porque la política no nos puede ser ajena. A algunos nos ha tocado dar el paso para tomar un mayor compromiso, a todos nos toca la inmensa labor de acudir a nuestro colegio electoral para aspirar a lo mejor que queremos para nosotros, nuestros hijos y nuestras personas queridas. Y no podemos abstraernos a esa responsabilidad, porque si no ejerces la política, la política la ejercen por ti.

Este domingo se pueden romper muchas inercias y yo invito a todos los ciudadanos de la Región de Murcia, en la grandeza de su dignidad como votantes y miembros activos de la comunidad, sea para decidir nuestros representantes en los ayuntamientos o para la Asamblea regional, a que ejerzan su derecho y, ante todo, no tengan miedo. La grandeza de la democracia, queridos amigos y amigas, es que nadie podrá interferir en nuestra decisión final, es la grandeza del "un ciudadano, un voto". Hagamos historia. Nos lo merecemos.