Por sus gestos no se notaba que llegaban al debate decisivo de la segunda campaña electoral en seis meses, pero algunas novedades les han delatado: Albert Rivera se quitó la corbata, Pablo Iglesias vino arremangado, Pedro Sánchez de la mano de su mujer y Mariano Rajoy con... Pedro Arriola.

Que el sociólogo de cabecera del presidente en funciones y candidato del PP vaya a un debate televisado no es novedad, pero como no estuvo en el anterior y como se rumoreaba que más que a la demoscopia se quería dedicar a la jubilación, pues su aparición no ha dejado de llamar la atención.

Mientras Rajoy posaba ante los medios, unos 70 en todo el Palacio Municipal de Congresos, y su jefe de gabinete, Jorge Moragas, observaba de lejos, Arriola se quedó en el umbral de la puerta de entrada, giratoria por cierto, con una mirada como estupefacta, como si fuera su primera vez.

Luego se fue tras el candidato del PP directamente al plató, con su inseparable maletín.

Rajoy, traje oscuro y corbata gris, ha aparecido alrededor de las 21.30 horas en su coche oficial, ha saludado al presidente de la Academia de la Televisión, Manuel Campo Vidal, bajo un fuerte abucheo de los trabajadores de RTVE, una veintena de ellos concentrados en la acera de enfrente para reclamar un medio "digno" y pedir que su futuro sea prioridad en la agenda política.

Siguiendo el orden inverso al de la representación parlamentaria, Pedro Sánchez se ha dejado ver caminando por los alrededores del Palacio de Congresos un cuarto de hora antes, agarrado a la mano de su mujer, Begoña Gómez.

Por detrás figuraba su equipo, con César Luena y Óscar López a la cabeza, y algo más rezagado, el hermano del candidato, otro que se estrenaba en estas lides. David Sánchez es director de orquesta residente en el extranjero.

El líder del PSOE ha entrado solo, ha saludado a los miembros de de la Academia de Televisión, y como reparó en que se había alejado de su mujer, volvió a por ella, se dieron de nuevo la mano, y juntos, posaron ante los medios.

Sánchez, por cierto, ha vestido casi igual que en el único precedente de un debate a cuatro, el del pasado diciembre, cuando también llevó traje oscuro, corbata roja, nudo fino y camisa blanca. Pero en el atuendo escondía una sorpresa: una pulsera en la muñeca izquierda con los colores del arco iris en recuerdo de los asesinados en la matanza de ayer, en Orlando, Estados Unidos.

Ya desde antes de llegar, ha querido marcar diferencias con Rajoy, así que ha cruzado la calle ante el estupor y las carreras de los agentes de seguridad y los periodistas apostados en la entrada.

Los trabajadores de RTVE le recibieron con un elocuente saludo y apretón de manos y Sánchez les mostró su solidaridad.

Minutos antes ya lo había hecho Pablo Iglesias. Llegó a bordo de un modesto Citroën de color gris y lo primero que hizo fue sortear el perímetro de seguridad acompañado por sus compañeros Iñigo Errejón, Rafael Mayoral e Irene Montero.

Arremangado, como si el debate ya lo hubiera hecho en el coche y le quedara el postre en todas las cadenas de televisión estatales y gran parte de las autonómicas, fue recibido por esos trabajadores de RTVE al grito de "Juntos podemos".

Pero no fue una sorpresa para los periodistas, ya que el líder de la formación morada es muy dado a este tipo de gestos.

Albert Rivera ha sido el primero en llegar al duelo electoral, prácticamente a las nueve en punto de la noche, y lo hacía a bordo de un amplio monovolumen y sin corbata.

No cruzó la calle, así que tranquilo y sonriente posó el presidente de Ciudadanos ante los medios gráficos, acompañado por José Manuel Villegas y Fernando del Páramo, además de por su jefa de gabinete, María Castiella.

Flashes, cámaras, un posado sonriente de candidatos y moderadores antes de dirigirse a los atriles en los que los cuatro candidatos a presidente del Gobierno han debatido.

Según han relatado miembros de los equipos de los candidatos, lo primero que han hecho los cuatro nada más llegar ha sido acudir al plató, colocarse en el atril, familiarizarse con la luz y la temperatura, y saber cuáles eran sus cámaras.

Tras ello, se han refugiado con sus asesores en cuatro salas separadas para dar un último vistazo a papeles, estrategias, esas frases redondas que hay que soltar como sea...

Antes de que desembarcaran los candidatos, algunos dirigentes pululaban por el 'hall' del Palacio, como el popular Pablo Casado, que saludaba a los periodistas como si les conociera de toda la vida.

También intentaba "pasar el rato" antes de entrar en conexiones en directo con las televisiones. Cumplido el cometido, se ha marcado un "periscope" con su móvil recorriendo el 'hall' de lado a lado.

A los pocos minutos, ha sonado una campana en las instalaciones del Palacio Municipal de Congresos. Periodistas y políticos han tomado sus posiciones: Ahora toca debatir.