Una trabajadora de la Universidad La Sapienza de Roma ha conseguido que se le otorgue un permiso de trabajo para cuidar de su perro. El can debía ser operado de forma urgente y Ana alegó tener un motivo "grave familiar y personal" para solicitar los dos días libres y remunerados.

En un principio la Universidad le negó el permiso pero los amigos de Ana le recomendaron que explicase su caso a la asociación LAV , Liga Anti-Vivisección, para que por vía legal intermediase con la empresa, quién finalmente consiguió que la Universidad reconsiderase su pronunciamiento sobre el caso de Cucciola, un setter irlandés de 12 años.