El Banco Central Europeo (BCE) informó hoy de que ha dejado su tasa de interés rectora en el mínimo histórico del 0 % y sigue dispuesto a aumentar más las compras mensuales de deuda pública y privada en la zona del euro, que son ahora de 60.000 millones de euros, "si el panorama empeora".

Asimismo, el BCE también decidió dejar inalterada la tasa de interés de la facilidad marginal de crédito, a la que presta el dinero a un día, en el 0,25 %.

También ha mantenido la tasa de interés a los depósitos de los bancos a un día en el -0,40 %, por lo que les seguirá cobrando por el exceso de reservas.

La mayor parte de los analistas y los mercados esperaban pocos cambios de la reunión de política monetaria del BCE y un mensaje ambiguo sobre sus intenciones.

El BCE esperará, probablemente hasta octubre, para anunciar algo de la retirada de los estímulos monetarios.

La entidad seguirá adquiriendo hasta finales de diciembre deuda por valor de 60.000 millones de euros mensuales.

El comunicado sigue mostrando la disposición del BCE de ampliar el volumen y/o la duración de ese programa de compra de deuda mientras no vea que la inflación llega a su objetivo, que es una tasa cercana pero por debajo del 2 %.

"Si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno prevé ampliar el volumen y/o la duración de este programa", dijo hoy el BCE.

Con las compras de deuda pública y privada de la zona del euro, el banco emisor quiere impulsar la concesión de crédito a la economía real, a las empresas y los hogares de la región.

La entidad se enfrenta a un dilema: por un lado, una economía sana con un crecimiento y una inflación mayores de lo esperado es un argumento persuasivo para que comience a reducir sus compras de activos, según un análisis del director Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, Franck Dixmier.

Política monetaria acomodaticia

Por otro lado, añade Dixmier, el reciente auge del euro -que equivale a un endurecimiento de las condiciones financieras- es un argumento para que el banco central se apegue a su política monetaria acomodaticia durante algún tiempo.

"En este contexto, es probable que el BCE sea más blando de lo que el mercado espera, subrayando el margen de maniobra que tiene en la próxima normalización de su política monetaria", considera Dixmier.

"Es poco probable que el BCE decida qué enfoque adoptar en este momento, por lo que esperamos que el banco espere hasta una reunión posterior para tomar su decisión y poder realizar un análisis más detallado de las tendencias económicas y financieras", dice el experto.

Los analistas de UniCredit prevén que "el BCE esperará y verá unos pocos meses entre el final de la expansión cuantitativa y la primera subida de los tipos de interés".

Los mercados descuentan que la retirada de los estímulos monetarios será lenta y concluirá a finales de 2018.

El tono del BCE debería ser más blando que lo que espera el mercado para que las rentabilidades de la renta fija caigan muy por debajo de los niveles actuales.

Pero si el presidente del BCE, Mario Draghi, suena más duro de lo esperado impulsará las ventas del Bund, el bono alemán a diez años, y llevará su rentabilidad hasta el área del 0,40 y el 0,45 % (ahora está por debajo), según UniCredit.

Draghi dará detalles de las deliberaciones del consejo de gobierno en una rueda de prensa en la sede central de la entidad a partir de las 12.30 horas GMT.

El banco publicará también sus nuevas previsiones macroeconómicas, de crecimiento e inflación para la zona del euro.

Los expertos del BCE pronosticaron en junio un crecimiento del 1,9 % para este año, del 1,8 % en 2018 y del 1,7 % en 2019.

Respecto a la inflación predijeron un 1,5 % en 2017, un 1,3 % en 2018 y un 1,6 % en 2019.